La Cofradía de las Tres Caídas puso anoche de manifiesto el dolor que sufrió Jesucristo durante su Pasión. 37 costaleros marcaron la solemnidad del paso perfectamente acompasados en cada movimiento. Los cofrades le esperaban a la salida de la Iglesia de las Nieves con cirios en las manos. Los colores negro y rojo se impusieron para abrirse paso. Su procesión recorrió uno de los trazados más amplios de la Semana Santa durante casi tres horas. La asistencia para ver pasar la imagen fue multitudinaria. La música cadenciosa y estridente de metales acompañaron a la cofradía durante su marcha.