Al PP de Gata gobernar en minoría no le produce ninguna incertidumbre. Los dos grupos de la oposición, PSPV y Bloc-Compromís, viven en planetas distintos. La dimisión de Ana María Soler les ofrecía la oportunidad de desalojar a los populares y darle un vuelco a la política local. Pero ayer no hubo sorpresa. El PP ya le puede poner la Alcaldía a la oposición en bandeja. El acuerdo es imposible.

De ahí que ayer Maite Signes, hasta ahora la número dos del PP, llegara al pleno de investidura sin dudas. En el discurso que llevaba escrito, incluso les daba las gracias a socialistas y nacionalistas por dejar gobernar al PP, «hecho que se ha producido por segunda vez en estos tres años; es un gesto que dice mucho de ellos».

A cada oportunidad que PSPV y Compromís pierden, la brecha entre ambos se hace más grande. El pleno de ayer agrandó la herida.

Pero el PP local tampoco está para tirar cohetes. La renuncia de Soler a la Alcaldía reveló la virulencia de la pugna interna. Pero casi más llamativo fue el apoyo cerrado que ayer el presidente de la ejecutiva local, Antonio Pons, dio a la nueva regidora. Al pleno de investidura, también asistieron el alcalde de Benissa, Juan Bautista Roselló, que es uno de los hombres fuertes del PP en la Marina Alta, y el coordinador comarcal, Paco Cabrera. La anterior alcaldesa se fue presionada -así lo reconoció ella misma- por su partido, que ayer recibió a su sucesora con los brazos abiertos.

Signes dejó claro los «retos»a los que se enfrenta a partir de ahora. «Mi llegada a la Alcaldía se produce de una forma un poco atípica y especial». «Sé que hoy empiezo una labor difícil». La nueva alcaldesa se emocionó durante su investidura. Reconoció el trabajo de Soler. Ofreció delegaciones a los dos grupos de la oposición. Y citó incluso a Kennedy: «Se puede ganar con la mitad, pero no se puede gobernar con la mitad en contra».

Enumeró los desafíos de su gobierno en minoría: «El PGOU, el polígono Plans, la nueva contratación de la basura, el ecoparque y las mejoras en el abastecimiento de agua son temas en los que vamos a trabajar duro a lo largo de este último año de legislatura».

Sobre el Plan General, explicó tras el pleno que han pedido un informe al Consell para saber cómo se pueden «consolidar» las casas construidas en suelo rústico. Precisó que el gobierno local quiere saber si esos terrenos deben seguir siendo rústicos en el nuevo PGOU o pueden pasar a urbanos. Avanzó que su objetivo es que el planeamiento urbanístico pueda aprobarse inicialmente antes de las elecciones.

La nueva alcaldesa también adelantó que mantendrá la delegación de Urbanismo, pero la de Servicios Sociales se la pasará a otro edil. «Pero igual le doy Urbanismo a la oposición. Todavía no hemos tenido ningún contacto para que cojan concejalías», especuló.

Explicó que cuanto antes convocará el pleno organizativo. Su intención es mantener el sueldo que cobraba su antecesora, que es de 1.800 euros brutos. Sí que expresó que quiere llegar a los plenos con los puntos pactados con la oposición para evitarse lo que ha ocurrido varias veces durante este mandato. El gobierno del PP en minoría ha sido incapaz de sacar adelante cuestiones tan importantes como los presupuestos. Aprobar las cuentas, admitió, es otro de sus objetivos, pero puntualizó que lo ve «difícil».

Signes también citó en su discurso al Papa Francisco. «No olvidemos que el verdadero poder es el servicio», dijo.