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Descubren en un yacimiento de hace 20.000 años de Pedreguer evidencias de antropofagia

Los arqueólogos hallan un hueso de niño con marcas incisas que revelan que fue descarnado por humanos. La Cova del Comte alberga arte rupestre paleolítico. Estas representaciones triplican en antigüedad a las del arte macroesquemático levantino y son la expresión mediterránea de una cultura que en la cornisa cantábrica se plasmó, por ejemplo, en Altamira

Al menos tres figuras se superponen en el grabado que ya se ha convertido en símbolo de la Cova del Comte. La más nítida (en rojo) es la de un caballo. Se intuye otro equino (azul), que tiene la cabeza hacia abajo. No obstante, en la cueva hay unas 200 representaciones. También llaman la atención las espirales. De todo este arte parietal, que es del paleolítico superior, se han efectuado calcos. fundació cirne

Los yacimientos en la Comunidad Valenciana con arte rupestre paleolítico se pueden contar con los dedos de una mano. La Cova del Comte de Pedreguer es uno de ellos. Sus grabados y pinturas tienen 20.000 años. Estas representaciones triplican en antigüedad a las del arte macroesquemático levantino y son la expresión mediterránea de una cultura que en la cornisa cantábrica se plasmó, por ejemplo, en Altamira. La Cova del Comte, como ayer desvelaron los arqueólogos Pasqual Costa y Joan de Déu Boronat, ha mantenido intacto su estrato arqueológico paleolítico. «Cuando entramos en la cavidad, pisamos el mismo suelo que hollaron los hombres prehistóricos», destacó Boronat. «Este yacimiento es un libro abierto», añadió.

Y un buen libro siempre guarda misterios. El presidente de la Fundació Cirne, Enric Martínez, desveló ayer que en la cata arqueológica previa a la excavación que se llevará a cabo este verano los arqueólogos han hallado una falange de niño con marcas incisas que evidencian que fue descarnada con un sílex por humanos. El hueso estaba mezclado con los de animales. Ese hallazgo revelaría que los moradores de la cueva practicaron la antropofagia, que pudo ser ritual, o el canibalismo de supervivencia. El arqueólogo Josep Casabó, en una conferencia que sobre el yacimiento se ofrece hoy en la Casa de Cultura de Pedreguer, explicará la trascendencia de este línea de investigación.

El sondeo arqueológico también ha sacado a la luz industria lítica, cuentas de collar, fauna y microfauna y restos de carbón. A los investigadores no les ha hecho falta profundizar mucho para constatar la riqueza del yacimiento. La cata se ha realizado a los pies de los caballos; es decir, debajo de los grabados que representan al menos dos equinos y cabras.

Este verano se llevará a cabo la primera excavación en la Cova del Comte. El concejal de Hacienda y de Cultura de Pedreguer, Sergi Ferrús, avanzó ayer que el Ayuntamiento destinará 8.000 euros. Pero el proyecto arqueológico subirá a casi 18.000. De ahí que el consistorio y la Fundació Cirne apelen al micromecenazgo para conseguir fondos. Vecinos y empresas pueden ayudar a descubrir el pasado más remoto de Pedreguer y de la Marina Alta.

La excavación y los estudios científicos que luego se llevarán a cabo (pruebas de carbono 14 y análisis de sedimentos, polen y fauna y material lítico) se encarecen en unos 4.000 euros por el IVA del 21 %. Las conclusiones se presentarán en el Congreso Internacional de la Unión Internacional de Ciencias de la Prehistoria y la Protohistoria, que en septiembre se celebra en Burgos.

La alcaldesa de Pedreguer, Dora Martí, subrayó el apoyo del equipo de gobierno a este proyecto de investigación que desarrolla la Fundació Cirne. «Se han encendido las luces en la cueva», dijo. Y sí. A esta gruta se accede por una suerte de gatera (hay casi que reptar); una vez dentro, se abre una amplia sala a la que no entra ni un rayo de luz. Todo es oscuridad. O era. La arqueología ha prendido una lucecita. Hasta ahora, tras un año de investigación, se han documentado unas 200 representaciones de arte rupestre. Todo un universo simbólico de hace 20.000 años.

Cancela contra los expolios

La Cova del Comte está en un cortado del barranco de la Parra. El terreno es escarpado. La entrada a la ruta, que está más abierta y acaba en el estrecho pasadizo que da paso a la gran cavidad de las pinturas y grabados, se utilizó como aprisco. El pasado año este yacimiento se cerró con una cancela de hierro. Eso fue antes de que se difundiera la importancia de sus hallazgos arqueológicos.

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