Benissa es un oasis. Su ayuntamiento no ha sucumbido a la oleada de privatizaciones y ahora es el primero de la Marina Alta que anuncia que el próximo año bajará impuestos. El alcalde, Juan Bautista Roselló, y la concejala de Hacienda, María Francisca Capó, ambos del PP, explicaron ayer que la liquidación presupuestaria del pasado año arroja un superávit de más de dos millones de euros. Ese dinero ha dado para cancelar el remanente negativo de tesorería que se arrastraba desde hacía años (en 2013, había que absorber unos 900.000 euros) y ha dejado un remanente positivo de 1,4 millones.

«Sí, ya tenemos margen de maniobra para reducir impuestos», proclamó el alcalde. Y también para realizar inversiones. Roselló dijo que el Gobierno central va a abrir la mano a que los ayuntamientos puedan acometer obras con sus remanentes positivos. Deben ser «inversiones sostenibles», es decir, que no generen luego gastos. El munícipe avanzó que se invertirá «el cien por cien» de los 1,4 millones y el grueso irá a reasfaltar los viales de la zona costera y los caminos rurales.

Roselló adelantó que a partir del 1 de enero de 2015 bajará el IBI, ya que «pediremos a la Dirección General del Catastro que aplique un coeficiente reductor a todos los valores». Además, en la zona costera este impuesto todavía bajará más. A la valoración de las fincas urbanas, sobrevalorada en la ponencia de 2005, se le quitará un 20 %.

El gobierno local del PP también reducirá en un 20 % la tasa de basura que pagan las pequeñas industrias y el comercio. Y también bajará un 5 % el impuesto de vehículos. «Es una forma de contribuir a que la economía productiva del pueblo pueda recuperarse. Se beneficiarán las familias y los pequeños negocios», destacó el alcalde.

Roselló, que también es diputado provincial de Cultura, hizo ayer un alegato a favor de los servicios municipales. El ayuntamiento, a través de la empresa municipal Benissa Impuls, gestiona el suministro de agua y la recogida de basura. No ha cedido a la marea de externalizaciones. «La gestión directa es una peculiaridad de Benissa. Hemos conseguido ahorrar en costes sin menoscabar la calidad de los servicios», argumentó el munícipe.

Este consistorio tiene un nivel de endeudamiento muy bajo, del 7,97 % (el máximo permitido es el 75 %). Y todavía sería menor si la Generalitat le abonara los más de 800.000 euros que todavía le debe de las obras del instituto.