«Los Miuras» ocupa un lugar muy destacado en la lista de los mejores pasodobles toreros. Para los aficionados al género, es reconocible desde sus primeros acordes. Su autor, el mestre Penella, nació hace hoy cien años. Fernando Penella Vicens pertenece a esa gran estirpe de músicos valencianos que reorganizaron las bandas de los pueblos y supieron transmitir su pasión por la música a muchas generaciones. Natural de Silla, Penella llevaba la música en las venas. Pertenecía a una familia de músicos. A los 8 años, ya tocaba el clarinete en la banda de Silla. Componer fue para él algo natural. A los 16 años, entró en la Sociedad Artístico-Musical El Micalet de Valencia. Y sólo dos años después creó un pasodoble dedicado al Valencia C. F.

Fernando Penella llegó a Calp en 1954. Su cometido era reorganizar la banda de música. Dirigir una banda ya no tenía secretos para él. Había estado al frente de la de Enguera (allí compuso su primer pasodoble importante, que lleva por título «Enguera»), Bolbaite, Tavernes de la Valldigna o Dolores. Establecido ya en Calp, también dirigió la de La Vila Joiosa. Y como director invitado llevó la batuta de las de Cullera, Sagunt, Llíria o la Municipal de Alicante. Las bandas han sido siempre en la Comunidad cantera de músicos. El maestro Penella enseñaba música con naturalidad y pasión. En Calp, también fue un pionero del turismo. Abrió un restaurante en la playa de la Fossa cuando casi nadie vislumbraba el potencial turístico del municipio y de su litoral. Pero la música seguía ahí. Los 20 años que se dedicó a la empresa privada fueron un paréntesis. Luego volvió a componer. En esa segunda época consagrado en cuerpo y alma a la música, escribió más de 30 pasodobles.

En una carta fechada el 8 de septiembre de 1987 y dirigida a la entonces alcaldesa de Calp, Violeta Rivera, Fernando Penella le comunica que había compuesto un pasodoble titulado «Calpe», «en el que he puesto todo el cariño que merece esta extraordinaria población». Antes, había creado la marcha mora y el himno de la Asociación de Moros y Cristianos, la marcha cristiana de la filà Almogávares o un pasodoble para la filà Berberiscos.

Más de cincuenta composiciones

En total, Fernando Penella Vicens, que falleció el 16 de febrero de 1993, compuso más de 50 pasodobles. Los hay dedicados a Silla, Utiel, Alaquàs, Altea, Ondara, Alcalalí, Sedaví o Lanjarón. El dedicado a la ganadería de los Miuras es el más famoso. Se toca en muchos países como paradigma del pasodoble torero. Las partituras del mestre Penella, de hecho, se interpretan hoy en Alemania, Bélgica, Canada, Francia, Italia o Japón. Pero, por encima de todo, el gran legado que este músico dejó fue contagiar a varias generaciones su amor por la música.

Que la Escola de Música de Calp llevara el nombre de Mestre Penella fue el mejor homenaje. Hoy, sin embargo, cuando se cumplen cien años de su nacimiento, se echa en falta un concierto conmemorativo. Alguien que contribuyó tanto a enriquecer la vida cultural y social de un pueblo merece que le recuerden siempre.