No hace tanto la Marina Alta quería quitarse el corsé del sol y playa. Era un modelo turístico sujeto a imponderables. Un pronóstico de tormenta o que los turistas descubrieran otras playas más bonitas y baratas lo echaba todo a perder. Pero llegó la crisis y lo arrasó casi todo. El endeble modelo de sol y playa, curiosamente, es de lo poco que se ha salvado. Y más que eso. Marca los tiempos de la economía comarcal. El turismo de sol y playa es estacional, pues la economía y el empleo, también.
Los datos de desempleo de noviembre en la Marina Alta confirman esa dependencia absoluta. El paro vuelve a incrementarse, esta vez en 563 personas. Pero llama más la atención que desde agosto el número de desempleados ha aumentado en 2.077.
La temporada turística activó el mercado laboral. Nada nuevo bajo el sol. Pero lo que sí cambia es que la comarca ya lo fía todo el turismo. No hay nada más. Esa dependencia la subrayó ayer el secretario de empleo de CC OO L'Alacantí-Les Marines, José María Ruiz Olmos. En su valoración de los datos de desempleo, incidió en que, además de estar supeditada al sector servicios, la economía de la Marina Alta es cada vez más «cortoplacista, de rentabilidad inmediata, orientada a preservar el beneficio sobre el servicio y los derechos laborales».
Los pueblos más turísticos son los que a más velocidad se deslizan por el tobogán del desempleo. Dénia tiene 201 vecinos más inscritos al paro, 171 son los nuevos parados de Calp y 110 los vecinos de Xàbia que se han quedado sin trabajo. Los que aún tienen agricultura o algo de industria funcionan a la inversa. En Pego, 22 personas han encontrado trabajo y, en Pedreguer, dos. Pero esas cifras palidecen ante la destrucción de empleo en la costa.
