La cuenta de resultados de Marina Salud, que tanto preocupa al conseller de Sanidad, Manuel Llombart, (así lo subrayó al comparecer en las Cortes para hablar de la sanidad en la Marina Alta), no es tan terrible. La empresa que gestiona la sanidad en la Marina Alta incrementó en 2012 de 111 a 126 millones el importe neto de la cifra de negocio. Además, logró 5,7 millones de beneficios después de impuestos frente a los 4,5 millones que declaró en 2011. Esas ganancias, según se recoge en la memoria de cuentas a la que ha tenido acceso este diario, se destinaron íntegramente a enjugar las pérdidas de ejercicios anteriores.
La concesionaria inició el actual año con el objetivo de alcanzar el equilibrio económico. Y eso pese a que la población protegida (esta mercantil cobra del Consell una cápita, es decir, un fijo por cada habitante de la Marina Alta) había caído en 12.341 personas. Marina Salud ya pedía entonces revisar el plan económico financiero de 2010 que rige esta concesión y «actualizar las principales magnitudes».
El informe de gestión y la memoria de cuentas los han realizado la sociedad KPMG Auditores, S. L. Ese diagnóstico contable demuestra que la sanidad de la comarca es un buen negocio. No obstante, los auditores precisan que si en lugar de aplicar la Norma de Adaptación Sectorial de las empresas concesionarias, hubieran seguido el Plan General Contable de siempre, la empresa sanitaria no saldría tan bien parada. Tendría 1,7 millones de pérdidas.
Sin embargo, en esta radiografía no se atisban más nubarrones que los de los atrasos en los pagos de la Generalitat. Todos los parámetros de negocio mejoraron en 2012. Al final del ejercicio, la empresa disponía de 6,6 millones de efectivo, mientras que el año anterior la caja de tesorería estaba menos llena (3,7 millones). El balance de situación también refleja esa evolución. El activo y el pasivo subieron a 154,6 millones frente a los 133,2 de 2011.
Las cuentas hacen memoria sobre los términos de la concesión, que es por 15 años prorrogable a cinco más. La cápita se estableció en 2004 en 413 euros por habitante. El contrato dejaba claro que la Generalitat la debía revisar cada año, pero «sin ser la variación inferior al IPC ni superior al porcentaje del incremento del gasto sanitario público consolidado del Estado en cada ejercicio». Ahora, la cápita está en 660 euros. La empresa reconoce un fondo de maniobra positivo de 9,3 millones, pero precisa que se habían incluido los saldos que, a 31 de diciembre de 2012, la Generalitat le debía. Era un pico. Sumaban 42,4 millones.
La concesionaria redujo el pasado año su plantilla. De los 937 empleados de 2011 se pasó a 917. El recorte más fuerte fue en técnicos sanitarios (de 42 a 27). En cambio, se contrató a tres médicos (ahora hay 264), a otros tres enfermeros (255), a otros tantos auxiliares de enfermería (135) e igualmente a tres matronas (13). Los gastos de personal subieron a 44,9 millones.
