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Al picar una pared

­Hallan grafitis del siglo XV en una casa gótica de Xàbia

Los dibujos, realizados con carbón, representan barcos, una danza y a un guerrero que alza su espada

La casa de los Xolbi, en el centro histórico de Xàbia (también se conoce como Casa Candelària), escondía un secreto que ahora ha salido a la luz. Al repicar una de sus paredes, en unas catas previas a la restauración del edificio, ha aparecido sobre el tapial original un conjunto de grafitis que sorprende por su detalle y antigüedad.

El director del Museu de Xàbia, el arqueólogo Joaquim Bolufer, todavía está recabando información sobre estos dibujos realizados con carbón, pero ya avanza que son del siglo XV. El tapial (un encofrado reforzado con mortero de cal) sobre el que están los grafitis es de esa época y, de hecho, los antiguos propietarios de la casa, que fue un palacete gótico (de los Xolbi pasó a los Cruanyes, que es otro linaje de Xàbia), siempre habían dicho que ésta databa de antes del descubrimiento de América.

Los grafitis, que representan varias embarcaciones, a dos figuras que danzan y a un guerrero, también dan pistas sobre cuándo se pintaron. El guerrero, que aparece de perfil, empuña una espada corta, en concreto, un basalart, que es un arma del siglo XV. En la otra mano, sostiene un escudo redondo; podría ser un broguer, que era de madera y cuero.

En esta casa, que hace un mes se apuntaló pues amenazaba ruina, todavía no se han iniciado los traba­­jos arqueológicos propiamente dichos. Sin embargo, el arqueólogo de Xàbia ya asegura que el inmueble presenta «un gran valor patrimonial». En el primer «tanteo» arqueológico han aparecido los grafitis. Son esquemáticos, pero, sobre todo en las representaciones de las embarcaciones, ofrecen gran riqueza de detalles. Una de las embarcaciones es un llaüt. Hay, al menos, otras tres, pero todavía no se ha identificado a qué tipo de nave corresponden. Se ve perfectamente el palo mayor, el aparejo y las jarcias.

El autor de los grafitis bien podría haber representado los barcos que fondeaban en el puerto de Xàbia. El litoral del Tangó, resguardado por el cabo de Sant Antoni de vientos y mareas, es un fondeadero natural en el que desde la colonización fenicia se refugiaron las embarcaciones.

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