La fama de las calas de la comarca ha llegado lejos. Si es del todo normal que en agosto las playas estén a reventar, llama más la atención que los bañistas también lleguen ya en tropel a calas hasta no hace tanto más minoritarias. Y el problema no son los bañistas, que siempre encuentran un hueco para plantar la sombrilla y extender la toalla. A las calas hay que bajar en coche. Y sus accesos suelen ser tortuosos y estrechos. Hay que ir muy temprano a calas como la de les Rotes, en Dénia, la Granadella y la Barraca, en Xàbia, o el Moraig, en el Poble Nou de Benitatxell, para poder aparcar el coche cerca de la playa. Luego, ya no cabe un coche.

En les Rotes, ayer, el caos ya era considerable. En el tramo final del vial, los automóviles están aparcados en ambas cunetas e incluso los bañistas han encontrado espacio en el centro de la calzada para dejar sus vehículos. Los coches pasan a duras penas. Pero un vehículo de emergencias lo tendría más complicado.

Mientras, en la Granadella, ocurre lo de siempre. El barranco hace las veces de vial de acceso y de aparcamiento. Esta cala está de moda. Otros veranos ya atraía a muchos bañistas, pero su tirón va a más. En el estrecho camino que sube por la ladera de la Granadella, que tiene bastante pendiente y un firme destrozado, también hay muchos coches aparcados. Al menos el Carrer del Tio Català está más a menos despejado de coches y la ambulancia del servicio de socorrismo puede salir en caso de emergencia.

El vial que baja a la Barraca también está repleto de coches. Los vehículos pueden circular sin muchos problemas, pero encontrar aparcamiento es otra historia. Hay quien quiere hacer el agosto y ofrece a cinco euros dejar el coche en una parcela particular durante todo el día.

El Moraig, en el Poble Nou de Benitatxell, ha salvado este verano el colapso de otros años. Se han habilitado numerosas plazas en la parte de arriba de la cala. Los turistas bajan en coche y descargan a la familia, amigos y trastos de playa. El conductor vuelve a subir y deja el coche normalmente un poco lejos. Uno se pega la caminata y sus acompañantes se quedan a un paso de la playa. Los fines de semana hay un autobús entre las 11 y las 19 horas para llevar a los bañistas a esta atractiva playa.