El Ayuntamiento es el primero de la Comunidad Valenciana que evita injerencias políticas en los contratos públicos. Nadie podrá decir ya que un determinado concejal decanta con su voto una adjudicación. El alcalde, César Sánchez, quien a su vez es vicesecretario general del PPCV (es decir el número tres del partido), propuso ayer en la Junta de Gobierno que los concejales ya no intervengan en las mesas de contratación. El munícipe pretende borrar cualquier sospecha de amaño en los contratos. Su iniciativa llama la atención. Más de un compañero suyo en el PPCV ha terminado imputado por avalar contratos supuestamente irregulares (Alicia de Miguel, por ejemplo, ha dejado su escaño de diputada).

Sánchez defendió ayer que dejar fuera de las adjudicaciones a los políticos contribuye a la transparencia. «Solo prevalecerán los criterios técnicos de los trabajadores municipales», subrayó el alcalde, que defendió la objetividad y profesionalidad de los técnicos.

«Un paso en transparencia»

El vicesecretario del PPCV, que también es diputado autonómico, dijo que el objetivo es reforzar «la confianza» de los ciudadanos en su ayuntamiento. «Estamos dando un paso adelante para lograr una mayor transparencia municipal y para ser un ejemplo de rigor en las decisiones municipales».

Los concejales del gobierno calpino (PP más Independents-Els Verds) no pusieron ni un pero a la propuesta del alcalde. Están de acuerdo en dejar que los técnicos tomen las decisiones sin que exista ninguna suspicacia de injerencia política. A partir de ahora, «el criterio únicamente será técnico y estará avalado por los profesionales municipales», se destacó ayer desde el gobierno local.