El castillo islámico de Benissili o de Alcalà, donde se hizo fuerte el mítico caudillo musulmán Al-Azraq, ha conocido muchos asedios. Pero era impensable que en el siglo XXI todavía se enfrentara a un último cerco. Un vecino de la Vall de Gallinera (Benissili es uno de los núcleos de este municipio de 676 habitantes) ha comprado recientemente los terrenos donde está la Font del Castell, que es el manantial que cuando se construyó esta fortaleza en el siglo XI la abastecía de agua. Además de la fuente, en esos terrenos de bancales de cultivo abandonados hace muchos años hay una balsa.

Este conjunto hidráulico no ha debido cambiar mucho desde los tiempos de Al-Azraq. El castillo es hoy una ruina, pero si uno de esos enemigos de antaño tratara de conquistarlo lo primero que haría sería tomar la fuente y cortarle el suministro de agua.

La compra de esos terrenos ha suscitado un gran malestar entre los vecinos de la Vall de Gallinera. Nadie se explica cómo la fuente, que linda con monte público, está en el ámbito de protección de 200 metros del BIC (Bien de Interés Cultural) del castillo de Benissili y se halla en una zona de gran valor arqueológico, ya que muy próximo está también el poblado ibérico del Xarpolar, ha pasado a un nuevo propietario sin que el ayuntamiento ni la Generalitat Valenciana hayan hecho nada.

Las fuentes consultadas coinciden en que la operación ha sido un punto oscura. El anterior propietario disponía de documentos catastrales. En la inscripción catastral de 1991, se produjo un error y esos terrenos figuraban a nombre de un tercer vecino. Éste último ha renunciado a cualquier derecho y ha dejado vía libre a la venta. En la Vall de Gallinera, se especula por el interés que puede tener el nuevo dueño en hacerse con la fuente. Es conocida su afición a la caza y, por aquí, pasan arruís africanos y jabalíes. Además, tiene en la umbría de la montaña cultivos. Podría alterar la actual balsa y hacerla más grande y utilizarla para regar esos otros campos.