Además de un símbolo cultural y arquitectónico, el auditorio de Teulada es la última gran obra pública que se construirá en la Marina Alta en muchos años. Diseñado por el prestigioso arquitecto Francisco Mangado, se terminó en 2011, cuando la crisis ya dejaba en la cuneta todos los proyectos un pelín ambiciosos. El auditorio, que se inauguró con cuatro años de retraso y costó algo más de diez millones de euros, casi cuatro más que el precio de adjudicación, se salvó de la quema. Pero el programa urbanístico que sirvió al Ayuntamiento para hacerse con los terrenos sí ha acabado en fiasco. Su desarrollo proporcionaba la moneda de pago. Los propietarios de la partida Castellons, que en 2004 entregaron al Consistorio los terrenos donde iba a construirse esta gran infraestructura cultural, debían cobrar con aprovechamiento urbanístico. Nueve años después no han visto nada. Y se les ha agotado la paciencia.

En el pleno de ayer, la oposición advirtió del malestar de esos propietarios. El portavoz del PSPV, Jordi Martínez, explicó que varios de ellos ya han pedido al Auntamiento que se les indemnice con dinero contante y sonante.

El alcalde, Antoni Joan Bertomeu, del PP, sugirió que ahora mismo esa opción de pagar en metálico es la que cobra más fuerza. Dijo que las expectativas de desarrollar ese programa urbanístico "han saltado por los aires" con la crisis. "Los propietarios deben quedar indemnes; no deben sufrir ningún daño en su patrimonio. Como alcalde les agradezco la buena predisposición y voluntad que tuvieron al adelantar los terrenos donde se planificó y construyó el auditorio".

El alcalde aseguró que el Ayuntamiento no está de brazos cruzados. Dijo que el arquitecto y los técnicos municipales son quienes deben traducir a dinero el valor de esos derechos de techo. Y aclaró que, si no hay forma de compensar con aprovechamiento urbanístico, los terrenos del auditorio deberá pagarlos "la colectividad", es decir, el Ayuntamiento.

El proyecto del auditorio lo inició en 2004 el entonces alcalde, José Císcar, que ahora es vicepresidente del Consell. El Ayuntamiento adjudicó la obra en 2005 por 6,7 millones. Debía acabarse en 2007. Cuando Císcar dimitió en 2009 para ser delegado del Consell en Alicante, el auditorio no veía la luz. El presupuesto final subió a 10,3 millones. Mangado ha recibido por esta obra el prestigioso premio de arquitectura Chicago Atheneaum.