Jaume se despertó sobresaltado a las dos de la pasada madrugada. Puca, su perra bull terrier, no dejaba de ladrar. En seguida notó que sus ladridos, además de insistentes, no eran normales. Pensó que le quería avisar de algo. Un ruido similar a un crujido y, sobre todo, la bocanada de humo que le vino cuando abrió la puerta que da a la planta baja le despejaron todas las dudas. Puca había despertado a sus dueños para advertirles del peligro.

En la planta baja de esta vivienda de la calle Sant Antoni, en pleno casco urbano de Benissa, se había originado un incendio. Jaume despertó a su compañera Jesy y los dos salieron al balcón del dormitorio (en el primer piso) para pedir ayuda. Un vecino escuchó los gritos de socorro y acudió con una escalera. La pareja escapó del incendio y pudo dar la voz de alarma.

Jaume llamó a su hermano, Leo, que es miembro de Protección Civil. Éste confirmó ayer a este diario que a la pareja la despertó los "ladridos poco comunes" de la perra bull terrier. "Mi hermano pensó que podía haber entrado alguien en la casa. Pero al abrir la puerta del dormitorio le llegó el olor a humo. Me llamó muy asustado".

Cuando Leo llegó a la vivienda, los agentes de la Policía Local y la Guardia Civil ya estaban allí y los bomberos venían de camino. Puca y otros dos perros estaban atrapados en la planta baja. Se temía que pudieran haberse asfixiado porque ya no labraban. Leo, acompañado de un guardia civil, echó abajo la puerta de atrás de la casa y entró. Tuvo que derribar otras dos puertas para poder rescatar a los animales, que no resultaron heridos. Además, pudo abrir la puerta principal de la casa, lo que facilitó a los bomberos la rápida extinción del incendio. Todo apunta a que el fuego se originó por un cortocircuito. Las llamas calcinaron el mobiliario de la planta baja y causaron importantes daños en la casa. Las paredes estaban ennegrecidas por el humo. El fuerte calor hizo incluso saltar los azulejos.

Tanto Jaume y Jesy como sus vecinos están convencidos de que los insistentes ladridos de Puca fueron providenciales al despertar a sus dueños, quienes dieron la voz de alarma de un fuego que podía haber tenido consecuencias trágicas.