El ministro de Hacienda fue casi escandalosamente pródigo con la Iglesia en Xàbia. Reconoce que dio "ayudas directas" y que Franco no le ponía límite. Así se construyó la iglesia de la Mare de Déu de Loreto, en el puerto de Xàbia. "Y salió una obra ciertamente bien hecha que ha merecido figurar entre los tres nuevos templos modernos presentados por la BBC como mejor logrados: la nueva catedral de Londres, la catedral de Brasilia y la iglesia de Jávea".

El dirigente franquista también pagó con dinero público la reconstrucción del monasterio de los Jerónimos. "El proyecto lo hizo el arquitecto de Construcción Nacional, pero se satisfizo con la partida ad hoc que tenía para estos fines el Ministerio de Hacienda con la aprobación del Jefe de Gobierno".

Las obras piadosas del entones ministro siguieron con la restauración del convento de las Agustinas Descalzas, la construcción del colegio de las Obreras de la Cruz o la rehabilitación de la ermita del Nazareno. "Con acrecentada gratitud me han pagado mi naturales oficios de financiador nacional de conventos reconstruidos las monjas agustinas de Jávea".

Ese balsámico apoyo a la Iglesia tiene su contrapunto en las tribulaciones urbanísticas de Navarro-Rubio. Alega que siempre actuó con "indiscutible buena fe". Y hasta demuestra una candidez en estos negocios impropia de quien fue ministro y Gobernador del Banco de España.

Especialmente le dolió el fiasco de la urbanización de lujo en la Plana Justa del Montgó. Se involucró totalmente en el proyecto. Aunque en estos cuadernos testimoniales marca algunas distancias. Reclama el derecho a ocuparse del "porvenir de mis hijos" y dice que su hijo mayor "necesitaba una ocupación con buenas perspectivas económicas en España". Esa ocupación era el pelotazo de promover una urbanización de lujo con pista de aterrizaje y campo de golf en el Montgó.

Un negocio que acabó mal

Al principio, las piezas encajaban. Entró el Banco de Occidental, pero "puso una condición: que la sociedad formada para este fin, el Club Europeo de Estudio y Deporte, S.A., fuese presidida por D. Mariano Navarro Rubio padre". Así el exministro se metió de cabeza en un negocio que acabó mal. El ayuntamiento primero dijo que el campo de golf se iba a construir en otro lugar (en la carretera a Benitatxell). También se tuvo que descartar el aeródromo. Pero los promotores seguían adelante. Esgrimían el convenio firmaron en 1973 con el ayuntamiento, que les arrendaba 100 hectáreas de monte. "Allí cabía, sin duda, una urbanización de tipo extensivo".

Pero el nuevo ayuntamiento socialista cambió la calificación de los terrenos de urbanos a rústicos no urbanizables. "No cabe ciertamente modo más radical de resolver un problema", se quejó el exministro.

No obstante, Navarro-Rubio, a finales de los 80, consideraba que "el ataque más frontal contra mi asendereada familia se produce contra la finca San Rafael". El Estado y el ayuntamiento trataban de anular la venta de ese suelo público. Los herederos del exministro mantienen en la actualidad el chalé y han pedido ahora un nuevo deslinde para consolidar la propiedad. Pero la concesión acaba en 2018.