Las obras de emergencia que se llevaron a cabo tras la devastadora riada de octubre de 2007 en la Marina Alta no han conjurado, ni mucho menos, el peligro de que se produzca otro episodio de inundaciones igual de desastroso. La Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) ha hecho público ahora el plan director de defensa contra las avenidas en esta comarca (está en fase de consulta y alegaciones). Y la primera conclusión es que los ríos y barrancos representan, en su estado actual, una amenaza de primer orden. El desarrollo urbanístico los ha "comprimido". Los puentes tienen insuficiente capacidad y los vanos bajo las carreteras son "cuellos de botella". Se ha construido incluso en los márgenes de los barrancos, hecho que, además de peligroso, acrecienta la escorrentía.

Unas precipitaciones torrenciales como las de 2007 (dejaron daños de 55 millones de euros y una mujer murió en el Verger) provocarían ahora similares efectos destructivos. Y eso que tras aquel desastre la CHJ ya invirtió más de 13 millones de euros en hacer más seguros los cauces.

Las soluciones que dibuja ahora el organismo de cuenca son cualquier cosa menos baratas. Las obras totales ascienden a 226 millones de euros. Sólo el coste de levantar las presas de laminación superaría los 102 millones. La CHJ plantea construir una de estas presas junto a la actual de Isbert, en el río Girona; costaría 39,1 millones de euros. Las presas de los barrancos del Quisi y el Pou Roig, en Calp, se irían a 22,5 millones. En el Gorgos, se construirían en Benigembla (2,8 millones) y ya en término de Xàbia (19,3 millones). Y en el barranco del Coll de Pous, en Dénia, también se crearían áreas de reserva de laminación controlada (otros 5,1 millones). El objetivo es evitar las violentas y rápidas crecidas de ríos y barrancos.

Las obras de este plan director son muy ambiciosas. En el río Girona, se deben demoler los puentes de El Verger, els Poblets y de la carretera de les Marines, en Dénia, y levantar otros nuevos con mayor capacidad. Además, se reforestarían 3.227 hectáreas del cauce.

Mientras, en Calp, donde la riada de 2007 ocasionó destrozos millonarios y dejó bajo las aguas toda la zona turística, se prevé levantar hasta cuatro presas de laminación. La del barranco del Conquet llegaría a los 23 metros de altura; la del barranco de Binyet, a los 28 m.; la del Quisi, a los 22,5 metros, y la del barranco de la Cometa, a los 16,5 metros. Además, se debería construir un nuevo puente de más capacidad en la avenida de los Ejércitos Españoles. El canal a cielo abierto de la calle la Niña se considera insuficiente y hay que crear otras salidas al mar. De ahí que se plantea abrir otro canal en la calle Luxemburgo (ahora hay un desagüe subterráneo). Tendría 9 metros de ancho y, por tanto, ocuparía prácticamente toda la calle actual.

En el río Gorgos, se plantea crear una presa de laminación de 37 metros de altura en Benigembla. Ya a su paso por Xàbia, se debería ampliar el Pont del Llavador (está protegido y no se puede demoler). A sus tres vanos se le añadirían dos mas y se mantendría su tipología de sillería con arcos. Además, se recuperaría el barranco del Pla (ahora un vial) y se facilitaría el desagüe del Gorgos por la actual zona de amarre del canal de la Fontana. Se trata de recuperar el paleocauce del río.

Recuperar el Saladar e incluirlo en un deslinde

La Confederación Hidrográfica del Júcar aboga por recuperar el antiguo Saladar de Xàbia (en el PGOU de 1990 todavía en vigor es urbanizable) y, a través de un deslinde, convertirlo en zona de dominio público-marítimo terrestre. El humedal se recargaría con el agua de los barrancos del Portitxol y el Tossalet.