El arruí africano hace camino en la Marina Alta. En las sierras del interior, en la Vall d'Ebo, la Vall de Laguar o Castell de Castells, no es tan extraño toparse con estos ungulados del Sáhara, introducidos en España con fines cinegéticos en 1970 en Sierra Espuña (Murcia). De hecho, en enero de 2010, la conselleria de Medio Ambiente autorizó en esas montañas la primera batida de arruís, que es una especie invasora que se expande a gran velocidad. Pero lo sorprendente es que, una década después de avistarse los primeros ejemplares en el interior de la comarca, ya empiecen incluso a dejarse ver por montañas que están a escasos kilómetros del mar. Este jueves una manada de unos veinte arruís llegó a la cima de la montaña de l'Ocaive, en Pedreguer, y, por los roquedos, fue bajando en dirección al Castell d'Aixa. La manada la formaban ejemplares adultos y numerosos jóvenes, incluso había alguno que podría tener unos meses de vida. Los arruís de más edad eran robustos y pesarían unos 140 kilos. Su corpulencia y sus desarrolladas cornamentas imponían, aunque, nada más advertir la presencia del ser humano, toda la manada siguió su camino hacia zonas más bajas de la montaña.

No sería nada extraño que más de un excursionista se topara con estos animales, ya que los peñascos donde buscaban alimento están cerca de la senda que recorre estos parajes de Pedreguer. En todo caso, no parece probable que los arruís se desplacen hacia zonas de más vegetación o de pinares, ya que su hábitat son los cerros y roquedales.

Sorprende, eso sí, la gran expansión de esta especie invasora. El arruí ya no se refugia en las abruptas cimas del interior de la Marina Alta. Empieza a asomarse al mar. A este paso, de aquí a unos años este ungulado del Sáhara podría llegar al Montgó o a la sierra de Bèrnia.