El instituto Antoni Llidó de Xàbia se ha rebelado contra el "no" de la conselleria de Educación a todos sus proyectos. Su director, Andreu Ros, y todo su equipo presentaron ayer la dimisión tras la última andanada lanzada por la conselleria contra uno de los centros educativos con más historia de la Marina Alta. La administración educativa sólo ha concedido tres grupos de primero de ESO a este instituto que contaba habitualmente con seis o cinco.

El consejo escolar del Antoni Llidó, en un comunicado emitido ayer, calificaba ese recorte de "inquietante" y advertía de que esos grupos irán ahora al otro centro de secundaria de Xàbia, el número 1, "saturado con ocho prefabricadas" y que tiene "todos los ciclos formativos".

Mientras, precisaba el comunicado, la conselleria "no aprovecha la disponibilidad de espacio" del Antoni Llidó y provoca "un grave desequilibrio entre los dos centros". El consejo escolar del Llidó instó a corregir ese desequilibrio "si se quiere evitar la desaparición del IES Antoni Llidó".

Castigado sin ciclos formativos

Pero los agravios no acaban aquí. El consejo escolar lamentó la "desconsideración al trabajo que realiza el personal docente" y el bloqueo a todos los proyectos. Recordó la negativa de la conselleria a dotar al centro de algún ciclo formativo. Ni siquiera el ciclo de grado medio de técnico en jardinería y floristería, reclamado en un pleno del ayuntamiento por unanimidad, ha salido adelante. La conselleria también ha dado la espalda al proyecto del centro de aplicar las nuevas tecnologías de la información y la comunicación. No ha aportado ni un ordenador.

Además, este centro ofrecía como primer idioma, además del inglés, el alemán y el francés. Pero los recortes han obligado a mantener sólo el inglés. Al tener la puerta cerrada a los ciclos formativos, se optó por ofrecer el bachillerato científico-tecnológico. Pero cada nuevo curso se espera con incertidumbre que la conselleria dé una autorización que, para el próximo curso, sigue en el aire. Por si fuera poco, en 2009, el centro se quedó sin compensatoria y, en 2011, perdió tres grupos de ESO (un primero, un segundo y un tercero). Sólo faltaba el último recorte en los primeros de ESO que, además, hace peligrar los dos bachilleratos actuales.