La nueva ponencia del catastro de Pego, que debe entrar en vigor el próximo 1 de enero, dista un mundo de la de 2008, anulada por el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana al incluir valoraciones exageradas y que excedían los entonces inflados precios de mercado. El gobierno local (Ciutadans de Pego y PSPV) y el Bloc dieron su visto bueno en el pleno del martes a esa nueva ponencia. Sin embargo, los siete ediles del PP, en la oposición, votaron en contra. Los valores catastrales que se aplicarán el próximo año rebajan en 350 millones de euros la tasación global del término de Pego. Ese dato también confirma el gran desfase de la ponencia de 2008, que valoraba todas las unidades catastrales en 876 millones, frente a los 526 de la nueva ponencia.

Pero, por otra parte, la previsión de ingresos cae en picado. De ahí que el gobierno local se vea abocado a aplicar el próximo año el tipo impositivo máximo del IBI, impuesto que se calcula a partir de los valores catastrales. El gravamen en el IBI de urbana se mantendrá en el 1,16% y el de rústica se subirá al 1,11%. El alcalde de Pego y concejal de Hacienda, Carmelo Ortolá, sostuvo en el pleno que sólo con esos tipos impositivos el equipo de gobierno podrá cumplir el plan de saneamiento que le ha aprobado recientemente el Gobierno central. También evitará que la recaudación se desmorone en un 39,91%.

Ondara también revisa el catastro

Ondara también estrenará ponencia del catastro el próximo año. El alcalde, Ximo Ferrando, confirmó ayer que los informes técnicos municipales avalan la nueva valoración realizada por la Gerencia del Catastro. Esos informes concluyen que los valores "en principio se ajustan a la realidad y recogen la situación actual de los inmuebles de Ondara". La nueva ponencia se expondrá al público a finales de este mes y los vecinos podrán alegar hasta el 15 de junio. La actual ponencia lleva en vigor ya 23 años y está desfasada. El alcalde aseguró que los nuevos valores no supondrán una gran subida del IBI.