La pertinaz sequía parece no tener efecto en el río Girona, que, a su paso por Beniarbeig, El Verger (en la imagen) y Els Poblets, mantiene un apreciable caudal. El agua corre pese a que hace meses que no llueve. Pero lo curioso es que, en su curso alto, el Girona está seco. Es a partir de Tormos, ya en el valle de la Rectoria, cuando el río recupera el caudal. El manantial de la Bolata, en Tormos, aporta la gran parte del agua que lleva el río (también hay surgencias en Sagra que siguen activas). Así el Girona ofrece una imagen atípica en un periodo de sequía muy prolongado. El otro río importante de la comarca, el Gorgos, está, en cambio, totalmente seco.