Ninguno de los niños que jugaban el domingo con Ivaido I., de 12 años de edad, podía presumir que los tubos de hormigón en los que se balanceaban acabarían convirtiéndose en una peligrosa trampa. El menor citado se metió dentro de uno de esos tubos, que estaban abandonados en un solar cercano al auditorio de Teulada. Sus compañeros lo rodaron, pero Ivaido se asustó y salió. Justo entonces el tubo se giró y cayó sobre el menor, que quedó atrapado por la cintura. El accidente ocurrió pasadas las 14.30 horas.

Por suerte, unos trabajadores de una empresa de electricidad que estaban cerca escucharon los gritos de socorro de los amigos de Ivaido, entre los que estaba su hermana de 14 años. Corrieron al descampado y liberaron al niño. Una ambulancia del SAMU lo trasladó luego al hospital de Dénia. Sin embargo, el lunes por la mañana, dada la gravedad de sus lesiones, se decidió llevarlo a La Fe de Valencia, donde está en la UCI. Sufrió una hemorragia interna de la que parece evolucionar bien, ya que en la noche del lunes ya no sangró. También tiene la pelvis rota por varias partes. Los facultativos tendrán que operarle para reconstruirle los huesos de la pelvis.

El niño es de nacionalidad bulgara, al igual que su madre y su hermana. La pareja de la madre, Eduardo Bautista Moreno, relató ayer a este diario el espeluznante accidente. "No entendemos qué hacían allí los tubos de hormigón. Una vez terminadas las obras se deberían haber retirado o, al menos, se podía haber vallado el solar". comentó.

También avanzó que estudian tomar acciones legales contra el responsable de que esos materiales de construcción estuvieran abandonados pese a constituir un peligro como ahora se ha demostrado.

El solar donde ocurrió el accidente ya estaba el lunes por la mañana limpio. No había ni rastro de unos tubos de hormigón que los niños utilizaron como un columpio, pero que se convirtieron en una trampa.