Arrumbada en el depósito municipal, a la intemperie y rodeada de cachivaches. La escultura de la diosa Cibeles que, en 2007, encargó el entonces alcalde del PP, Javier Morató, sí que existía y, por fin, ha aparecido. Pero ha aparecido a trozos y muy deteriorada. Durante tres años ha estado abandonada en el depósito de Calp.

El ayuntamiento, cuando era alcalde el socialista Luis Serna, recibió la obra y pagó los 60.000 euros que costó. El propio Serna firmó la factura. Sin embargo, en lugar de buscar un emplazamiento para la diosa Cibeles, la condenó al ostracismo (nunca mejor dicho tratándose de una divinidad griega). La envió a un solar municipal donde se acumulan objetos inservibles de todo tipo.

Ahora, el nuevo gobierno local (PP e Independents-Els Verds) ha encontrado la escultura. Eso tras mucho buscar y tener indicios de que existía por la factura que presentó su autor, el artista de Xàbia Antoni Marí, en diciembre de 2007. El concepto era "escultura de la madre tierra Cibeles realizada en acero corten; incluidos cinco animales representativos de los cinco continentes". La factura ascendía a 59.993,20 euros (56.068,41 euros más IVA). Luis Serna, que gobernaba con el apoyo del Bloc y el PSD, la pagó el 24 de abril de 2008. Antes había dado instrucciones al artista para que cambiara la obra. Javier Morató, que ahora es concejal de Alternativa Popular, la encargó como un homenaje a los turistas madrileños, pero el alcalde socialista consideró que mejor que fuera una alegoría del mundo. De ahí que de los leones de Cibeles sólo se mantuviera uno y que se añadieran animales representativos de todos los continentes. Marí aceptó la nueva temática y mantuvo el precio de 60.000 euros que ya pactó con Morató.

Con todo, el gobierno de Luis Serna, tras recibir la obra, se olvidó de ella. Y de ahí que haya pasado tres años abandonada en el depósito. Triste destino para una escultura que debía exhibirse en una de las principales rotondas de Calp. Otros pueblos de la Marina Alta como Dénia, Xàbia, Teulada-Moraira o Pedreguer tienen en sus calles obras de Antoni Marí.