Los presidentes de las 11 filades de los Moros y Cristianos de Calp, que hace una semana decidieron suspender los desfiles del mes de octubre, se comprometieron ayer, en una reunión con el alcalde, César Sánchez, a replantearse esa postura. Para ello, el primer edil se tuvo que comprometer por escrito a que, una vez pasadas las fiestas, emprenderá un diálogo con los festeros para estudiar las medidas a aplicar en años venideros para evitar conflictos como el de los últimos días. Por su parte, los Moros y Cristianos expresaron su compromiso por contribuir a ese diálogo. A este principio de acuerdo se llegó a las 23 horas de anoche tras una maratoniana reunión que comenzaba a las ocho de la tarde y reunía al alcalde con los representantes de cada filà, la capitanía mora y cristiana, los alférez y el presidente de la Asociación de Moros y Cristianos, Juan Estupiñá.

Pese a que al final la reunión de anoche concluyó con sintonía, es pronto aún para hablar de acuerdo entre festeros y ayuntamiento. Ahora, el documento que entregó ayer el alcalde será sometido al parecer de cada una de las filades. Una vez consultadas, los Moros y Cristianos decidirán, este próximo viernes, si aceptan o no la propuesta del primer edil. En caso de que se acepte, se suspendería la asamblea de la asociación convocada para el lunes 19, y en la que los cerca de 700 socios de los Moros y Cristianos debían ratificar o no la decisión de la junta general de suspender las fiestas.

El conflicto se originó hace ahora una semana, cuando la concejala de Fiestas, Antonia Avargues, rechazó la propuesta que había formulado la Asociación de Moros y Cristianos para que se modificara el programa de las próximas fiestas de octubre, que en principio contemplaba que el desfile de Moros y Cristianos se realizara el domingo 23. La asociación pedía que se trasladara a ese día la procesión en honor al patrón, el Santíssim Crist de la Suor, de manera que el desfile pudiera hacerse en sábado, al entender que luce más y puede atraer a más público.

Hasta ayer, los distintos contactos mantenidos entre festeros y ayuntamiento no habían conseguido solucionar el conflicto y, de hecho, la Junta General de Moros y Cristianos acordó la semana pasada anular los actos de este año, a falta de que lo ratificara o no la asamblea.

Con el principio de acuerdo alcanzado ayer entre el alcalde y los representantes de la fiesta, el programa quedaría intacto para la edición de 2011, pero se abriría el diálogo para introducir cambios a partir del año próximo.