La flota de camiones de Acciona inicia la recogida de residuos a partir de la medianoche. Sobre las dos de la madrugada empiezan a llegar a la planta de transferencias. El recinto está a oscuras. El primer camión entra en la planta. Dos operarios van en su interior. Empieza a elevarse la zona de la carga y dejan caer las bolsas de basura al suelo. No hay pesaje. Nadie en la planta lleva un control de la carga. Cuando están vacíos, van a por más. Al finalizar el servicio, ninguno vuelve.