El toro también tira al monte. Un astado de 350 kilos de peso, tras escapar el jueves del recinto de bous al carrer de Senija y causar cuatro heridos al embestir contra una barrera, campa a sus anchas por la montaña de este municipio, que celebra ahora sus fiestas de la Mare de Déu dels Desemparats. Los ganaderos y la Guardia Civil realizaron ayer batidas para intentar dar con el toro. Al cierre de esta edición, lo habían localizado, pero será esta mañana cuando intentarán capturarlo de nuevo. Así pues, el toro llevará hoy más de 30 horas en libertad en una zona en la que no hay casas en al menos un kilómetro a la redonda.

La res, que es de la ganadería la Paloma de Xaló, dio un buen susto al escaparse. Arremetió con violencia contra la barrera de la calle Santíssim Crist, que estaba repleta de gente. Logró romper la argolla a la que estaba amarrada con una cadena la barrera. El toro no embistió nadie. Pero el golpe contra la barrera y la huida de los vecinos que allí estaban provocó cuatro heridos. Una anciana de 84 años se cayó al suelo al escapar asustada. Otras dos mujeres de unos 60 años también se lastimaron. Una de ellas fue la peor parada, ya que se fracturó un dedo del pie al enganchárselo con la barrera. Un joven de 20 años recibió un golpe en el pecho y tenía dificultades para respirar. Ninguno de ellos, eso sí, sufrió heridas por asta de toro.

El toro se fugó alrededor de las 20.30 horas. En el recinto de bous al carrer se vivieron momentos de pánico hasta que los vecinos comprobaron que los heridos no estaban graves. Luego comenzó la persecución de la res. El ganadero consiguió con el manso atraerlo, pero el bullicio de los curiosos lo ahuyentó. Se marchó montaña arriba.

Mientras tanto, dos aparejadores y la policía autonómica comprobaron que el recinto de bous al carrer, que está montado en la plaza de l'Ajuntament, cumplía todas las normas de seguridad. Por la noche, se realizó el festejo de bou embolat.

El toro estuvo localizado durante toda la noche y se esperaba que, a primera hora de la mañana de ayer, acudiera mansamente al cabestro y los ganaderos pudieran subirlo al camión. Pero no fue así.

Este astado de 350 kilos y de color negro zaino se ha revelado muy escurridizo. Huyó campo a través y se encuentra en plena montaña, a más de un kilómetro de distancia del núcleo urbano de Senija. Los vecinos no estaban ayer demasiado inquietos pese a que un toro bravo vagaba libre por el monte.