El actual alcalde de Calp, Joaquim Tur, del Bloc, se precipitó al pedir la revisión del catastro. El problema más acuciante es otro. Hay, a efectos tributarios, una ciudad fantasma. El Auntamiento contrató a una empresa especializada en detectar anomalías catastrales. Y ha encontrado un saco. 885 fincas construidas no figuran en el catastro ni pagan impuestos (IBI). Son construcciones fantasmas, ya que constan como solares sin urbanizar. Así pues, el 35,68 % de las fincas de Calp está en esa situación irregular.

En el pleno de ayer, este problema salió de refilón. El alcalde llevó el presupuesto, pero sólo lo votó él a favor y el edil del PSD Antonio Romera. Los concejales del PSPV, del PP, Antonia Avargues (Bloc) y Pedro Jaime Fernández (edil no adscrito) votaron en contra. El pleno, por tanto, rechazó un presupuesto que el alcalde pretendía aprobar a una semana de las elecciones y que, según el portavoz del PSPV, Luis Serna, hinchaba los ingresos. Serna dijo que incluso el informe del interventor rebajaba en varios millones la previsión de ingresos.

Entonces el alcalde replicó que hay nuevas vías de recaudación. Afirmó que ya ha firmado la liquidación de la deuda de 9 millones de Colsur con el ayuntamiento. Ese dinero es el del presunto fraude en la facturación de la basura. Y reveló que hay dos millones de IBI que hasta ahora no se recaudaban. Se refería a las 885 fincas que no figuran en el catastro.

La empresa que ha localizado esas construcciones que no tributan presentó su informe en julio de 2010. El PSPV recrimina al alcalde que lo haya ocultado hasta ahora e infiere que es por la contradicción de pedir una revisión catastral que supondrá la subida de valores para todos los vecinos. Los socialistas consideran que la prioridad era que esas fincas fantasma también tributaran. El estudio se ha realizado comparando ortofotografías actuales con el desfasado parcelario catastral.