Calina y polvo. Los vecinos de l'Atzúvia han visto de nuevo como de la vecina cantera de Pego llegaba una densa polvareda hasta sus casas. El colectivo Gelibre advirtió ayer que el jueves, a las 15 horas, se produjeron dos explosiones en la cantera de l'Atzaïla, que está a 235 metros de la primera casa de l'Atzúvia. "La nube de polvo que se precipitó sobre el casco urbano y sobre la población fue impresionante y algunas casas volvieron a temblar", denunció Gelibre, al tiempo que recriminaba la pasividad del Ayuntamiento de Pego, la Conselleria de Medio Ambiente y la Sección de Minas de la Conselleria de Industria.

El colectivo asevera que los vecinos de l'Atzúvia sufren "la más absoluta indefensión", porque los tres organismos antes citados eluden su deber de "garantizar la salud y el bienestar de los ciudadanos".

Los vecinos de l'Atzúvia no entienden cómo todavía se hace la vista gorda con la cantera. Aseguran que la actividad presenta irregularidades contrastadas, como la de que funcionen dos molinos de trituración cuando sólo hay uno autorizado. También afirman que la cantera carece de autorización ambiental integrada (licencia ambiental) y no está a la distancia mínima reglamentaria de un núcleo habitado.