El Camí de l'Abiar, en el Poble Nou de Benitatxell, es tan retorcido y empinado como el proyecto para reconstruir sus muros de piedra en seco. Las obras, que se presupuestaron en 177.248 euros y el ayuntamiento ha pagado con el Plan E, no están aparentemente acabadas. La memoria indicaba que se construirían muros de mampostería, de 30 centímetros de ancho y una media de 3 metros de altura, "a lo largo de todo el camino". También especificaba que el tramo de este vial de propiedad municipal es de "800 metros lineales". En total, el nuevo margen de piedra en seco debía tener 1.341 metros cuadrados.

Sin embargo, el tramo ejecutado dista mucho de esas previsiones. La empresa local contratada por el ayuntamiento, Obras y Excavaciones Bolufer Llobell, S. L., ha levantado el muro en el arranque del camino. Hasta completar los 800 metros lineales queda un buen trecho.

La alcaldesa de Benitatxell, Josefa Ronda, del PP, quien ha certificado el final de las obras, ofreció ayer una versión bien distinta. Aseguró que el proyecto "está terminado". "Esta misma mañana hemos hablado con el técnico responsable y nos ha dicho que el ayuntamiento ha hecho los muros que le corresponden", argumentó la alcaldesa, que aclaró que hay tramos del camino en los que son las empresas urbanizadoras las que deben hacer los márgenes de piedra en seco.

La munícipe popular explicó que su equipo de gobierno advirtió que el proyecto inicial, redactado cuando Juan Cardona aún era alcalde (dimitió por cohecho), debía modificarse para que el consistorio sólo construyera los tramos de muro que le correspondían. También sostuvo que el presupuesto total no se rebajó, ya que surgieron nuevos gastos como los de ampliar el camino y hacer desmontes.

No obstante, el aspecto actual del Camí de l'Abiar no es el de una obra acabada. Bajo el cartel del Plan E, todavía hay una máquina de la empresa. Además, fuentes municipales apuntaron que cuando la mercantil se quedó el proyecto ofreció como mejora instalar alumbrado público en todo el camino. No hay ninguna farola. Estas obras, que la oposición ha calificado de "fantasmas", tienen más sombras que luces.