Tras los riuraus, los molinos de viento son los vestigios arquitectónicos más destacados del patrimonio agrícola tradicional de la Marina Alta. Son construcciones modestas, pero de recios muros. Los molinos coronan tossals de Pedreguer, Gata, Jesús Pobre o la Plana del Montgó de Xàbia. De hecho, este último conjunto, con once molinos y uno datado en el siglo XIV, es el más importante de todo el territorio valenciano.

Pero por gruesos que sean sus muros, los molinos, tras años de abandono y deterioro, también se vienen abajo. Parte de un molino de la Plana, del siglo XVIII y de propiedad privada, se desmoronó hace pocos días.

Se ha hundido todo el muro orientado al sur y ha desaparecido una ventana, así como la puerta, a la que ya le faltaba el dintel de tosca. Gran número de piedras han quedado esparcidas por la ladera de la montaña. El mortero de cal que les daba consistencia había cogido mucha humedad en un invierno tan lluvioso como el actual.

Además, este molino, pese a ser de los últimos que se construyeron, presentaba un deterioro muy acusado. Los molinos de viento están protegidos como Bien de Relevancia Local. En 1991, cuando se realizó el inventario de los de la Marina, en la ficha de éste que ahora se ha derrumbado en parte, se advertía de que la base del muro estaba socavada. Han pasado 19 años desde entonces y los dueños de este molino no han realizado ninguna actuación de restauración ni conservación. Estaba cantado que de un momento a otro se iba a hundir. El Ayuntamiento ya ha comunicado a su propietario la obligación de reconstruirlo.

Titularidad municipal

De los once molinos de la Plana sólo dos son de titularidad municipal. El consistorio ha restaurado uno de ellos y tenía en mente crear un museo de la molinería de viento. El arqueólogo de Xàbia, Joaquim Bolufer, es uno de los principales estudiosos de la molinería valenciana. Pero el tiempo corre en contra del patrimonio agrícola tradicional de la Marina Alta.