La excavación en la explanada del Palau del Castell de Dénia, efectuada entre mayo y agosto del pasado año, ha servido para reconstruir parte de la historia de la fortaleza que otras intervenciones arqueológicas no habían mostrado. Al contrario que en la excavación de 1986 en el Palau, cuando fue imposible rastrear la huella andalusí del castillo, ahora sí que han salido a la luz evidencias arqueológicas de esa época.

El director del Museu Arqueològic Ciutat de Dénia, Josep A. Gisbert, destaca en su informe que se puede concluir "la presencia de un sistema de fortificación complejo, rico en matices, que hay que remontar al siglo XI; probablemente a un periodo taifa o almorávide".

Además, la cerámica encontrada confirma esta cronología. Se trata de cerámica doméstica, lo que constata que había viviendas en la alcazaba. Su riqueza ornamental es "incuestionable". "Presentan matices similares -precisa Gisbert- a otros contextos coetáneos hallados en el arrabal de Daniya. Son cerámicas en verde y manganeso, algunas importadas de Qairaouan (Túnez) o Mallorca y otras de los hornos de Dénia o cerámicas en melado y manganeso". Uno de los hallazgos más singulares es el de "un fragmento de ataifor -plato hondo para servir viandas- de loza dorada con motivos epigráficos". Podría proceder de un alfar fatimí (Egipto). "Es uno de los hallazgos de esta variedad cerámica con reflejo dorado más destacados en Dénia".