Los trece ocupantes de una patera localizada ayer a unas 40 millas al Este del puerto de Alicante llegaron al muelle pesquero de Calp sobre las 14.30 horas. Allí los miembros de Cruz Roja prestaron asistencia a los inmigrantes trasladando a cuatro de ellos en camilla para ser atendidos en centros sanitarios. La barca fue avistada sobre las 11.30 horas por un pesquero que faenaba en la zona. Tiempo después se confirmó que era la patera que se buscaba desde el pasado martes en aguas de la costa alicantina.

Ateridos de frío, deshidratados, con las piernas entumecidas tras permanecer seis días encogidos en una pequeña patera y con los rostros desencajados por la fatiga. Los trece inmigrantes que llegaron ayer a bordo de una lancha de Salvamento Marítimo al puerto de Calp han vivido desde el pasado sábado una triste odisea.

Desembarcaron en Calp poco después de las 14 horas. La Cruz Roja enseguida los cubrió con mantas y les proporcionó bebidas. Cuatro inmigrantes tuvieron que ser evacuados en camilla, mientras que el resto casi ni se aguantaba en pie. Zarparon en patera de algún punto de la costa de Argelia a primera hora de la mañana del pasado sábado. Dos días después, el motor se estropeó y quedaron a la deriva. También entonces agotaron los víveres y el agua. Durante los últimos cuatro días sólo han bebido agua del mar.

Además, al puerto de Calp llegaron todos ellos descalzos, con la ropa mojada y con los miembros agarrotados. Uno de los inmigrantes fue trasladado al hospital de Dénia al padecer una luxación en el omoplato. Mientras, otros dos fueron atendidos en el centro de salud de Calp al presentar uno de ellos una úlcera a la altura del estómago y otro una posible fractura de pierna. Los otros diez argelinos fueron llevados al cuartel de la Guardia Civil de Calp.

Cuando, tras buscar durante dos días con helicópteros y lanchas de la Guardia Civil y Salvamento Marítimo la patera, ya se habían suspendido estas labores y decretado la "búsqueda pasiva", ayer un pesquero avistó la embarcación alrededor de las 11.30 horas frente al litoral de la Vila Joiosa. Según las fuentes consultadas, los inmigrantes subieron a bordo del pesquero.

Luego acudió el barco de Salvamento Marítimo que los llevó hasta el puerto calpino. Allí la Cruz Roja ya había montado el dispositivo para atenderlos. Fuentes de esta ONG afirmaron que los inmigrantes argelinos presentaban un estado de salud "malo", porque estaban deshidratados y exhaustos.

Los traductores de Cruz Roja conocieron el dramático relato de los cuatro días a la deriva, sin atisbar la costa ni ningún barco que pudiera socorrerlos. Los inmigrantes también les contaron que en esos días sólo habían tomado agua del mar. Los efectivos de Cruz Roja les proporcionaron, por indicación del médico que los atendió, líquido, pero no comida.

Los inmigrantes tienen entre 25 y 30 años, aunque uno de ellos afirmó que era menor de edad. Aseguró tener 15 años.

El SIVE no la detectó

El dispositivo SIVE que Interior ha montado en la costa de Alicante para controlar la llegada de pateras a la Comunidad Valenciana ha sido incapaz una vez más de detectar a la embarcación porque se encontraba fuera de su radio de localización. El SIVE es un sistema de cuatro radares que en teoría permiten controlar a cualquier barco que esté a menos de ochenta kilómetros de la costa. Según sus defensores, es capaz de mostrar una moneda de diez céntimos en la cubierta de un yate. La patera fue avistada ayer a sesenta y nueve kilómetros de la costa. Los servicios de emergencia sabían que se encontraba cerca de la Marina Alta pero el SIVE no la detectó.

Fuentes cercanas a los agentes que trabajan en el SIVE de Alicante aseguraron que es normal que el dispositivo no detecte a pateras con problemas porque no funciona igual que los radares de un aeropuerto. Las embarcaciones legales tienen un emisor que alerta a los radares cuando sus tripulantes tienen problemas y por ello los equipos de rescate la localizan inmediatamente.

La falta de experiencia puede ser otro factor a considerar. Varias pateras han burlado el sistema de vigilancia desde que se puso en marcha en el pasado mes de agosto.

Las mismas fuentes consultadas indicaron que los agentes de la Guardia Civil que empezaron a trabajar con el SIVE no tenían experiencia y no "sabían leer las imágenes" pero insistieron en que el problema ya estaba resuelto y que el sistema ofrece una gran fiabilidad.