U?n residente alemán del Poble Nou de Benitatxell de 70 años de edad sufrió ayer el ataque de un enjambre de abejas mientras hacía senderismo con su mujer por la montaña del Tossal Gros.

Tan violento fue el ataque de los insectos que a Hans Klaus V., cuando fue atendido en el centro de salud de Teulada, le extrajeron con unas pinzas 300 aguijones de todo el cuerpo, pero sobre todo de los brazos, la cara y la cabeza.

No obstante, causó sorpresa entre los médicos, tanto del centro de salud como posteriormente los del hospital de Dénia, que no sufriera la mínima reacción alérgica. Y más cuando incluso hay documentados casos de muertes por picaduras masivas de abejas.

Eso sí, el senderista tenía prácticamente todo el cuerpo lleno de las rojeces propias de las picaduras, pero ni siquiera presentó problemas para respirar que es el efecto más habitual cuando una persona es víctima de un ataque masivo de las abejas.

Este residente llegó en ambulancia alrededor de las 17 horas al hospital comarcal y, al cierre de esta edición, seguía ingresado y en observación, aunque las analíticas habían confirmado que no padecía reacciones alérgicas.

Solo la hinchazón en la piel producida por las picaduras delataba que horas antes las abejas se habían ensañado con él. Su mujer comentó a este diario que le habían picado entre 150 y 200 abejas, aunque luego se confirmó que fueron 300.

Este vecino de la urbanización Cumbres del Sol de Benitatxell practicaba senderismo junto a su esposa, de nacionalidad suiza y de unos 60 años -ambos iban acompañados de su perro- cuando pasadas las 13 horas le atacó un enjambre de abejas. En la zona por donde caminaban, la partida del Racó de Nadal, en la falda del Tossal Gros, hay dos explotaciones de colmenas.

Es probable que atravesaran la montaña campo a través y no advirtieran las señales de peligro que están en las sendas y caminos por los que se llega a las colmenas. De hecho, fue cerca de una de estas explotaciones donde los insectos se cebaron con el senderista. Mientras él huía, su esposa, a la que también picaron unas diez abejas, buscó una zona de cobertura para llamar al Centro de Coordinación de Emergencias.

El hombre estuvo hora y media perdido en la montaña. Lo buscaron los bomberos de Dénia, efectivos de las brigadas forestales y policías locales de Teulada y Benitatxell. Al no poder acercarse a las colmenas por lo nerviosas que estaban las abejas, avisaron al apicultor que las explota para que rastrease en sus inmediaciones.

Finalmente, fue el apicultor quien encontró al senderista a unos 40 metros de las colmenas, desorientado y "acribillado por las abejas", según explicó luego a la policía de Benitatxell, pero consciente y en buen estado de salud.

Lo llevó en su furgoneta hasta donde estaba el vehículo del jefe de la policía local de Benitatxell, José Mayans, quien también confirmó a este diario que el residente alemán tenía la cara, brazos y la cabeza llenos de picaduras, pero estaba tranquilo y, aparentemente, no demostraba ninguna reacción alérgica por las picaduras.

A continuación, lo trasladaron al centro de salud de Teulada, donde le extrajeron con unas pinzas los 300 aguijones.