La cuenca del río Girona no vivió siempre con tanto temor las lluvias torrenciales. La orografía proporcionaba hace años soluciones naturales que evitaban que el río se desbordara con la furia de octubre de 2007 o registrara amenazantes crecidas como la de la pasada semana. El río se ha hecho más peligroso a medida que se han cegado sus aliviaderos naturales, su cauce ha quedado constreñido entre nuevas construcciones o se ha alterado su lecho al extraer grava.

El alcalde del Verger, Miguel González, del PP, acompañó ayer al director general del Agua, José María Benlliure, y a técnicos de la Conselleria de Medio Ambiente, Agua y Urbanismo al recodo del Girona donde se encuentra la balsa de Santonja.

La visita perseguía el objetivo de recuperar un antiguo aliviadero natural que recogía parte del agua del río en momentos de máxima crecida y la trasvasaba al barranco de Portelles. Ese aliviadero lleva años tapado.

Antes de la visita, el alcalde comentó que el Ayuntamiento ha propuesto a la conselleria recuperar este sistema natural de evacuación de agua que atenuaría el peligro de que el Girona se desbordara en pleno centro urbano del Verger, como ocurrió en octubre de 2007.

Toma de contacto

El director general del Agua calificó la visita de ayer de "primera toma de contacto" y advirtió que tienen que estudiar "la viabilidad" y "los posibles perjuicios a terceros" de abrir de nuevo un aliviadero que, al parecer, está obstruido por explotaciones agrarias, caminos, carreteras e incluso construcciones.

En cualquier caso, dijo que esta propuesta del Ayuntamiento "es una medida paliativa y previa al plan de defensa del río Girona". Ese plan definirá actuaciones a más escala y contrastadas técnicamente. "Ahora vamos a ver físicamente qué podemos hacer", dijo sobre la posibilidad de recuperar el aliviadero, "porque en los ríos no hay que actuar a lo loco".

Mientras, el alcalde comentó que en este tramo del río de la balsa de Santonja, en las crecidas el agua "por inercia iba a buscar el barranco de Portelles". El barranco discurre por los términos del Verger, els Poblets y Dénia, donde desemboca en el mar.

En las inundaciones de octubre de 2007, recordó Miguel González, este aliviadero natural ya estaba cegado y, mientras el río se desbordaba en el Verger y causaba graves daños, el barranco de Portelles bajaba "prácticamente seco".

La plataforma ciudadana Riu Girona, en un informe del pasado mes de septiembre sobre el estado del río, ya planteaba, entre otras medidas, reabrir este aliviadero natural por el que el Girona puede desbordar sin poner en peligro zonas urbanas o habitadas.

Por otro lado, parece que cada administración va a la suya. Mientras que el director general del Agua de la Generalitat Valenciana incidió ayer, en el Verger, en que está previsto sacar a concurso el plan de defensa de la cuenca del Girona, el presidente de la CHJ que depende del Ministerio de Medio Ambiente, Juan José Moragues, avanzó hace unos días, en Beniarbeig, que en breve se licitará un plan que plantea actuaciones para evitar inundaciones en la Marina Alta.