El vecino avisó a un agente medioambiental que rápidamente procedió a su traslado al centro de recuperación de fauna, donde se trató al animal de una intoxicación que le había dejado muy débil. La lechuza se pudo haber intoxicado por ingerir algún roedor envenenado, ya que recientemente se habían arrojado raticidas en la zona.

Cuando esta pequeña lechuza estaba ya completamente recuperada, el agente medioambiental procedió a liberarla en la misma zona entre Ondara y Pedreguer donde la encontró un vecino. De este modo, se facilita que vuelva a su nido y si esto ocurre se evita que se pierda un nido reproductor asentado.

Esta rapaz nocturna puede anidar en entornos urbanos como plazas de iglesias -de ahí que se las conozca también como lechuza campanario-, castillos o tejados de casas. Suele pasar, sin embargo, desapercibida, ya que hace sus nidos en lugares donde no se le molesta y sólo lo suele abandonar por la noche. El ave presenta un vuelo silencioso que le ayuda a pasar inadvertida tanto ante los vecinos como ante sus depredadores.

Este animal puede llegar a ser un buen ayudante del hombre en el control de los pequeños roedores, ya que una lechuza adulta puede comer unos tres ratones diarios.