Este jardín está dedicado exclusivamente a albergar especies endémicas, plantas cuya distribución mundial está circunscrita a la Comunitat Valenciana. Sus 22 endemismos y otras especies raras y amenazadas crecen en diferentes ecosistemas recreados, como umbrías, solanas, cascadas, una cueva húmeda o zonas ventadas. En este sentido, resaltaron que "la gran variedad de ecosistemas ha permitido albergar plantas tan singulares y de requerimientos ecológicos tan diversos".

En el proceso de creación de la rocalla, que ha durado cuatro años, han participado la Conselleria de Medio Ambiente, el Jardín Botánico de Valencia y expertos botánicos de la Comunitat. La directora general de Gestión del Medio, María Ángeles Centeno, "se ha realizado con un exhaustivo criterio científico al servicio de la conservación de especies de altísimo valor, por su exclusividad, y de la divulgación de la flora valenciana, que es uno de los principales objetivos de este proyecto".

Entre los endemismos exclusivos de la Comunitat Valenciana presentes en la Rocalla de l'Alberda, se encuentran la Silene de Ifach Silene Ifacensis, la pebrella Thymus piperella, Salvia valenciana Salvia valentina o el limonium scopulorum. Entre las consideradas raras, se encuentra el Tomillo aceitunero Thymbra capitata o la corona de rey saxifraga longifolia.

Para Centeno, el valor de esta rocalla "es incalculable porque en ella está representado un alto porcentaje de las plantas exclusivas del territorio de la Comunitat". Además de su valor botánico, la rocalla pretende "fomentar el uso de la flora autóctona mediterránea en los jardines privados frente a la utilización de especies exóticas que desnaturalizan nuestro paisaje y que se están convirtiendo en un grave problema al colonizar el medio natural y competir e incluso eliminar a las especies autóctonas".