Miguel Cano fue el primero en acceder a la sala de prensa. El presidente del Meridiano tenía algo que decir: "En nombre de todo el club quiero agradecer públicamente el esfuerzo que ha hecho Óscar Quintana por acudir a este partido en el que nos jugábamos tanto a pesar de la muerte de su padre".

Tras un abrazo entre el dirigente lucentino y el propio técnico, fue Guillermo Rejón, capitán del equipo, el que tomó la palabra. "Esta victoria se la dedicamos a nuestro entrenador y a sus familiares, sabemos por lo que están pasando en estos momentos y les mostramos todo nuestro apoyo, lo sentimos mucho", concluyó el jugador lucentino.

Visiblemente emocionado, el propio Óscar Quintana fue el siguiente en sentarse ante los micrófonos. Apenas tenía fuerzas para articular palabra pero fue capaz de hacer una valoración del encuentro. "Hemos salido muy duros en defensa y enseguida sacamos una ventaja importante sobre el Fuenlabrada, luego pensábamos que el partido iba a ser fácil, nos confiamos, les dejamos que se metieran en el partido y a partir de ahí fue todo muy complicado con pérdidas tontas", explicó el técnico lucentino, que no le dio gran importancia al hecho de no haber conseguido el "basket-average".

"Lo importante es que conseguimos la victoria gracias a unos últimos cinco minutos en los que tuvimos las ideas muy claras, además, es una gozada jugar siempre en el Centro de Tecnificación, es un premio tener la ocasión de jugar delante de esta afición", expresó el técnico lucentino minutos antes de emprender viaje a Torrelavega para estar con sus familiares tras el fallecimiento de su padre la noche del sábado.

Salva Maldonado

Por su parte, el técnico del Fuenlabrada calificó de "irregular" el partido de su equipo y afirmó que "el final ha sido un cara o cruz en el que pudo ganar cualquiera, se me ha quedado un sabor agridulce".