Esta vez es definitiva. Miguel Cano encontrará esta mañana sobre su mesa una carta con la dimisión irrevocable de Arturo Álvarez. El director deportivo está cansado «de tanta mentira» y asegura que «me considero una persona honesta y no quiero estar donde no me quieren».

Álvarez firmó su contrato en junio como ayudante de Quintana al mismo tiempo que formaba parte de la comisión deportiva. Por desavenencias con el propio técnico, presentó su dimisión aunque posteriormente aceptó una oferta del club para firmar un nuevo contrato como director deportivo, algo que nunca llegó a rubricarse. «Me presentaron hace un mes un contrato en el que no se reflejaba nada de lo que habíamos hablado, por lo que no firmé y, por supuesto, ellos tampoco me han presentado otro con las correcciones», explica Álvarez, que denuncia que «desde que llegué en junio sólo he cobrado un mes, es una vergüenza».

Sobre sus condiciones laborales, el hasta ayer director deportivo de la entidad expresó un profundo malestar: «En el despacho no tengo ni ordenador y ni siquiera nadie me llegó a presentar a los jugadores. Cuando me ven en el pabellón no saben ni el puesto que ocupo, es una situación muy desagradable». Álvarez se quejó además de que «a pesar de que se creó el puesto de director deportivo, tanto el presidente como el entrenador hacen lo que quieren sin tenerme en cuenta para nada».

Sobre Quintana, Arturo detalla la situación que ha vivido: «Cuando llegué a Alicante en junio me encontré con un entrenador que no me quería y con un preparador físico que tenía más peso que yo, no contaba para nada y me pasan todos por encima, por lo que decidí entonces dimitir». «Con Quintana no tengo ninguna relación, es un entrenador que sigue utilizando los sistemas de Quim Costa y a los jugadores les pone vídeos de la etapa de Digbeu y Norel», señala Arturo Álvarez, que se mostró muy seguro de la decisión que ha adoptado: «Lo he consultado con mi familia, con mis amigos y con mis agentes y todos están de acuerdo en lo que hago».

Ahora, sólo quiere que la entidad lucentina le pague todo el dinero que le debe y cerrar una etapa: «Confío en que, como María José Paton, haya todavía gente con palabra en el club y me paguen los meses que me deben ya que todavía tengo en vigor el primer contrato que firmé».

«El cuerpo me dice basta, ya no aguanto más una situación que ha durado demasiado», concluye Álvarez, que esta mañana presentará su dimisión irrevocable.