Los aspirantes demócratas y republicanos aprovecharon ayer el descanso sabatino de los estadounidenses para convocarlos a actos electorales en un intento de ganar apoyos para la votación crucial del "supermartes".

La campaña electoral ha pasado de ser una cuestión de estados con primarias tempranas, a adquirir un cariz nacional, por lo que los seis políticos que quieren ser presidente han intensificado su gasto en anuncios de televisión, ante la imposibilidad de llegar a los votantes de forma directa. Es un hecho extraordinario que a estas alturas de la campaña aún se desconozca quién se batirá en las elecciones generales de noviembre. El panorama podría aclararse el martes, cuando habrá 24 votaciones.

Los trofeos más preciados son Nueva York y California, que cuentan con gran número de delegados por ser estados muy poblados. En ambos, las últimas encuestas de la empresa Gallup favorecen a la senadora Hillary Clinton, por el lado demócrata, y a su colega John McCain, en el lado republicano. En Nueva York, el estado que Clinton representa en la Cámara Alta, la ex primera dama le saca 28 puntos al senador Obama. Mientras, McCain aventaja allí a su principal rival, el ex gobernador de Massachusetts Mitt Romney, en otros 28 puntos. El sondeo fue realizado antes de que el ex alcalde de Nueva York Rudolph Giuliani, abandonara la campaña y diera su apoyo a McCain. Esos márgenes amplios explican que los candidatos concentren su esfuerzo en otros estados, con especial atención a California. La encuesta de Gallup da a Clinton 12 puntos sobre Obama en el estado más poblado del país, pero el margen de error es un 4%, bastante elevado. Mientras, McCain le saca sólo siete puntos a Romney en California. Aun así, el senador de Arizona se ha arriesgado a decir que "hay una buena posibilidad de que todo termine el martes", con él, claro está, victorioso. La razón es que en diez de los comicios republicanos, el ganador se lleva todos los delegados del estado y ninguno el perdedor. En cambio, entre los demócratas el reparto es proporcional al voto, por lo que es posible que el miércoles Clinton y Obama sigan luchando entre la incertidumbre por la candidatura de su partido.