Corea del Norte dijo este viernes que mantiene la puerta abierta a retomar el diálogo con EEUU "en cualquier momento" en respuesta a la abrupta cancelación de la cumbre entre los dos países por parte del presidente estadounidense, Donald Trump.

En un comunicado publicado por la agencia estatal KCNA y firmado por el viceministro de Exteriores, Kim Kye-gwan, el régimen expresó su disposición a sentarse "cara a cara" con EEUU y "resolver asuntos en cualquier momento y de cualquier manera".

Esta ha sido la primera reacción de Pyongyang después de que Trump anunciara la víspera la cancelación de la cumbre prevista con el líder norcoreano, Kim Jong-un, el 12 de junio en Singapur para tratar el posible desmantelamiento del programa nuclear norcoreano.

En una carta enviada a Kim, Trump argumentó que los últimos comentarios "hostiles" de Corea del Norte contra su Gobierno hacen inviable la cita, que habría sido la primera reunión en la historia de líderes de los dos países.

En los últimos días, Pyongyang había condenado -con insultos dirigidos, por ejemplo, al vicepresidente Mike Pence- lo que considera como un intento de Washington por imponerle en el marco de la cumbre un modelo de desnuclearización "unilateral" como el acordado entre EEUU y Libia en 2003.

Sin embargo, en su misiva Trump no quiso cerrar la puerta a mantener el diálogo, al igual que hizo hoy mismo el viceministro norcoreano pese a calificar de "lamentable" la cancelación de la cumbre.

"Nuestro compromiso de hacer todo lo que podamos por el bien de la paz y la estabilidad del mundo y de la península de Corea se mantiene sin cambios, estamos abiertos a ofrecerle tiempo y una oportunidad a EEUU", señaló el vicecanciller de Pyongyang en el comunicado.

Por su parte, los responsables de Exteriores de Corea del Sur y EEUU, Kang Kyung-wha y Mike Pompeo, acordaron también seguir trabajando para mantener abiertas las vías de comunicación con el régimen.

En una conversación telefónica que mantuvieron este viernes, ambos acordaron insistir en "los esfuerzos para crear las condiciones que permitan una futura reunión" entre Washington y Pyongyang.

A su vez, Pompeo subrayó a Kang lo ya expresado por Trump el jueves asegurándole que "existe una clara voluntad de continuar dialogando con Corea del Norte".

La conversación coincidió con la publicación de las imágenes del desmantelamiento del centro de pruebas nucleares norcoreano realizado el jueves.

El metraje muestra las potentes detonaciones de explosivos empleada para sellar los túneles subterráneas de la base de Punggye-ri, así como otras explosiones activadas para destruir barracones y otras construcciones del complejo.

Una veintena de periodistas de medios de cinco países (Corea del Sur, China, EEUU, Rusia y Reino Unido) presenció el jueves la destrucción de al menos tres de los cuatro entramados de galerías (el cuarto se cree que lleva inutilizado desde 2006) de Punggye-ri, el lugar donde Corea del Norte ha hecho sus seis test atómicos.

La demolición del lugar fue anunciada después de que ambas Coreas firmaran el 27 de abril una declaración comprometiéndose a trabajar para la "total desnuclearización de la península" y la operación se interpreta como un gesto de Pyongyang para demostrar su voluntad real de abandonar su programa de armas de destrucción masiva.

Al margen de que el gesto haya podido perder gran parte de su peso tras la cancelación de la cumbre entre EEUU y Corea del Norte, la opacidad en torno a las operaciones de desmantelamiento arroja en todo caso dudas sobre las verdaderas intenciones del hermético régimen.

En ese sentido se ha criticado especialmente la ausencia de expertos en pruebas atómicas en el operativo que hubieran podido certificar si las detonaciones de las galerías realmente han dejado inutilizado Punggye-ri, así como ponderar los logros alcanzados hasta ahora por el programa nuclear norcoreano