Nueve miembros de una misma familia han muerto en un bombardeo aéreo por parte del Ejército sirio contra el enclave rebelde de Ghuta Oriental durante la noche pese a la resolución sobre una tregua humanitaria aprobada en el Consejo de Seguridad de la ONU, según ha informado este lunes el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos.

Las autoridades sanitarias en el enclave rebelde, situado en los alrededores de Damasco, informaron a última hora del domingo de que varias personas habían presentado síntomas acordes con la exposición a gas de cloro, tras una explosión y un niño había muerto.

"Ghuta Oriental no puede esperar, ha llegado el momento de frenar este infierno sobre la tierra", ha defendido este lunes el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, ante el Consejo de Derechos Humanos en Ginebra, llamado al cumplimiento de la tregua de 30 días acordada por el Consejo de Seguridad.

La escalada de bombardeos sobre Ghuta por parte del régimen de Bashar al Assad con apoyo de Rusia comenzó el pasado 18 de febrero y ha dejado hasta la fecha al menos 522 muertos, según el recuento del Observatorio Sirio para los Derechos Humanos.

Según este organismo, con sede en Londres y una red de informadores en Siria, dos cuerpos han sido extraídos de debajo de los escombros de una vivienda destruida por un bombardeo aéreo en la localidad de Duma, mientras que otros siete miembros de la misma familia permanecen debajo.

El sábado, el Consejo de Seguridad de la ONU, con Rusia incluida, aprobó la resolución reclamando una tregua de 30 días. La intensidad de los bombardeos ha disminuido desde entonces, pero aún así ha dejado al menos dos decenas de muertos, según el Observatorio.

Por otra parte, los disparos de artillería por parte de los rebeldes han dejado 36 muertos y varios heridos en Damasco y las zonas rurales cercanas en los últimos cuatro días, según ha indicado a Reuters Zaher Hajjo, un responsable sanitario del Gobierno.

En Ghuta Oriental, la población está aprovechando la calma relativa para aprovisionarse, ha contado Moayad Hafi, un rescatista que se encuentra en el enclave. "Hay menos bombardeos en comparación con los últimos días. Los civiles se apresuran a salir de sus refugios para conseguir comida y regresar rápidamente ya que los aviones siguen el aire y pueden atacar en cualquier momento", ha contado a Reuters en un mensaje de voz.