La Cámara de Representantes de Estados Unidos ha dado este lunes su aprobación final a una proposición de ley para poner fin al cierre de Gobierno que ha paralizado parte de la Administración desde el sábado, enviándola al presidente, Donald Trump, para su ratificación.

La Cámara de Representantes ha aprobado el proyecto con 266 votos a favor y 150 en contra, poco después de que pasara por el Senado con 81 votos a favor y 18 en contra, según ha informado el diario estadounidense 'The Washington Post'.

"En unas horas, el Gobierno reabrirá", ha dicho el líder demócrata en el Senado, Chuck Schumer. "Tenemos mucho que hacer", ha agregado, tal y como ha recogido el diario 'The New York Times'.

La votación de la propuesta se ha realizado dos horas después de que se aprobara con una amplia mayoría de republicanos y demócratas poner fin al bloqueo de los demócratas.

El resultado ha sido favorable a la iniciativa, aunque algunos senadores demócratas que podrían presentarse a las próximas elecciones presidenciales han votado en contra.

El acuerdo permite el funcionamiento normal de las instituciones públicas hasta el 8 de febrero. Asimismo, incluye una extensión de seis años del Programa de Seguro Sanitario Infantil (CHIP).

Sin embargo, no recoge todas las demandas demócratas, como la redacción de un documento base para sustituir el programa de Acción Diferida para los Llegados durante la Infancia (DACA), que protege a los 'dreamers' --los 800.000 inmigrantes llegados a Estados Unidos de forma irregular cuando eran menores de edad--.

Pese a ello, los republicanos se han comprometido a negociarlo y llegar a un acuerdo antes del 8 de febrero. Sin embargo, no hay ninguna garantía de que la propuesta sea aprobada en la Cámara de Representantes, donde los republicanos también tienen mayoría.

El Gobierno federal de Estados Unidos cerró este viernes a medianoche por primera vez desde 2013, después de que la votación para aprobar el proyecto de financiación a corto plazo fracasara en el Senado debido a la falta de acuerdo entre demócratas y republicanos.

Se trata de la primera vez que una Administración republicana con mayoría en el Congreso --tanto en la Cámara de Representantes como en el Senado-- se ve obligada a cerrar.