La Comisión Europea (CE) recomendó este sábado pasar a la siguiente fase de las negociaciones sobre la marcha del Reino Unido de la Unión Europea (UE), tras constatar "avances suficientes" en los derechos de los ciudadanos, la factura de la salida y la frontera irlandesa.

"La Comisión Europea ha decidido formalmente recomendar al Consejo Europeo que se han hecho los progresos suficientes en los tres términos del divorcio para poder entrar en la segunda fase de la negociación", indicó el presidente de la CE, Jean-Claude Juncker en una rueda de prensa junto a la primera ministra británica, la conservadora Theresa May.

Para iniciar las conversaciones sobre la futura relación entre Londres y Bruselas, aún es necesario el visto bueno de los jefes de Estado y de Gobierno de los veintisiete países que permanecerán en el club comunitario tras el "brexit" durante su reunión del 15 diciembre.

El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, aseguró que la Unión está dispuesta a negociar con el Reino Unido un periodo de transición para su salida, pero con "condiciones", como que el país acate en ese tiempo "la totalidad" de la legislación comunitaria y la supervisión judicial.

Este mismo viernes, la propia May pidió trabajar en una transición que dé "certidumbre", y se declaró "optimista sobre las negociaciones que quedan por delante".

El Reino Unido ha solicitado una transición de unos dos años, "mientras sigue siendo parte del mercado único y la unión aduanera", pero Bruselas aún no ha precisado cuál sería su duración.

En cualquier caso, la comisaria de Comercio, Cecilia Malmström, declaró hoy que el mismo día que Londres salga de la Unión, "también saldrá de todos los acuerdos comerciales que la UE tiene con terceros países".

El negociador jefe del club comunitario para el "brexit", Michel Barnier, reconoció que las condiciones de ese periodo de transición se debatirán durante los primeros meses del próximo año y también precisó que el acuerdo definitivo de retirada deberá estar terminado en octubre de 2018.

Cuestiones pendientes

Pese a admitir los progresos suficientes alcanzados en la primera etapa de las conversaciones entre Bruselas y Londres, el excomisario francés subrayó que aún quedan pendientes "una serie de cuestiones".

"Déjenme ser claro, todavía hay trabajo y negociación por hacer en una serie de cuestiones como la gobernanza de nuestro acuerdo o, por ejemplo, (el) Euratom" (Comunidad Europea de Energía Atómica), señaló, además de resaltar que en la segunda etapa de las negociaciones se seguirá abordando la frontera entre la República de Irlanda e Irlanda del Norte. En ese sentido, May y Barnier reiteraron que no habrá una frontera "dura" en la isla.

"El compromiso del Reino Unido hoy nos da una garantía efectiva para evitar tal frontera dura. Salvo que se encuentre otra solución, el Reino Unido está firmemente de acuerdo en que Irlanda del Norte mantenga una total consonancia con las normas del mercado único de la UE y la unión aduanera", detalló.

Aseguró que, de ese modo, se protegerá el Acuerdo de paz del Viernes Santo; indicó que los residentes de Irlanda del Norte con nacionalidad irlandesa mantendrán los derechos que tienen como ciudadanos comunitarios, y recalcó que el área de viaje común no desaparecerá.

Sobre los derechos de los ciudadanos, Bruselas y Londres se han comprometido a que todos los británicos llegados a la Unión Europea y comunitarios trasladados al Reino Unido antes del "brexit" puedan seguir viviendo y trabajando en las mismas condiciones.

Además, los miembros de una familia que no vivan juntos conservarán el derecho a reunirse en el mismo país. En el caso de los hijos, tendrán esa posibilidad incluso si nacen después de la salida británica.

El negociador jefe precisó que el acuerdo final de retirada se incorporará al Derecho británico y las cortes del Reino Unido tendrán la posibilidad de plantear cuestiones prejudiciales al Tribunal de Justicia de la UE sobre la interpretación del documento durante un plazo de ocho años. En esos casos, las decisiones de la corte comunitaria serán vinculantes para los tribunales británicos.

Entre 40.000 y 45.000 millones de euros

Por lo que al acuerdo financiero se refiere, explicó que se ha logrado un acuerdo sobre la metodología para calcular el precio del divorcio, pero prefirió no dar cifras concretas, aunque las estimaciones sitúan el dato entre 40.000 y 45.000 millones de euros.

Sobre la futura relación, afirmó que las exigencias de Londres darían lugar a un modelo similar al del acuerdo de libre comercio con Canadá, mientras que el presidente del Consejo Europeo consideró que los retos "más difíciles" están por venir.

Corbyn pide ''más claridad''

El líder del Partido Laborista británico, Jeremy Corbyn, pidió "más claridad" sobre los términos del principio de acuerdo.

"Hemos pedido mantener las fronteras del mercado único y de la unión aduanera por un periodo de transición, lo que no se especifica, se necesita claridad sobre esto", dijo Corbyn a un grupo de periodistas tras intervenir en un evento organizado por la ONU en Ginebra. El líder opositor agregó que espera que los detalles sobre lo pactado se conozcan, a más tardar, el próximo lunes.

Otros temas sensibles y sobre los que el político también espera información transparente son el importe de la factura que pagará el Reino Unido a la UE en este proceso de separación, así como la naturaleza de los derechos que mantendrán los británicos que residen en los países comunitarios.

"Nuestra determinación es que se consiga una relación comercial con Europa que implique un acceso libre de aranceles porque hay demasiados empleos a ambos lados que dependen en la cadena de abastecimiento entre ambas partes", explicó.

Corbyn mencionó que otro aspecto que se desconoce tiene que ver con "el marco de las regulaciones para la defensa de los derechos de los trabajadores, de los consumidores y medioambientales" que regirán en el Reino Unido una vez que abandone la UE.