La Unión Europea (UE) expresó hoy su "grave preocupación" por la decisión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de reconocer Jerusalén como capital de Israel, en especial por la repercusión que puede tener en el proceso de paz en Oriente Medio, tal y como ha indicado la alta representante comunitaria para la Política Exterior, Federica Mogherini, en un comunicado.

El secretario general de la ONU, António Guterres, reaccionó también al anuncio de Trump para dejar claro que el estatus final de Jerusalén debe ser resuelto en negociaciones directas entre Israel y los palestinos, y recalcó la necesidad de avanzar hacia la solución de dos estados.

Guterres rechazó una vez más las "medidas unilaterales" y advirtió de que cualquier decisión que no sea aceptada por todas las partes "podría poner en peligro la posibilidad de la paz entre israelíes y palestinos".

"Deben cumplirse las aspiraciones de ambas partes y se debe encontrar una manera, a través de negociaciones, de resolver el estatus de Jerusalén como la futura capital de ambos Estados", afirmó Mogherini.

Desde Argel el presidente de Francia, Emmanuel Macron, calificó de "lamentable" la decisión de su colega estadounidense e instó a todas las partes a la calma y a la responsabilidad para "evitar la violencia a toda costa y favorecer el diálogo".

"El compromiso de Francia y Europa es con la solución de los dos estados, Israel y Palestina, viviendo uno al lado del otro en paz y seguridad en fronteras internacionalmente reconocidas, con Jerusalén como capital de ambos", afirmó Macron.

Incluso un aliado fiel de EEUU como el Reino Unido también criticó la medida y calificó de "poco útil" para la paz la decisión de Trump.

La primera ministra británica, Theresa May, explicó además que el Reino Unido mantiene Tel Aviv como base para su embajada en Israel y "no tiene planes de trasladarla", al tiempo que defendió que el futuro de Jerusalén "debe determinarse en un acuerdo negociado entre israelíes y palestinos".

Jerusalén debe "en último término, ser la capital compartida de los Estados de Israel y Palestina", dijo May, que resaltó que Londres considera Jerusalén Este como "parte de los territorios palestinos ocupados".

Desde Turquía el ministro de Exteriores, Mevlüt Çavusoglu, condenó el reconocimiento del Gobierno estadounidense de Jerusalén como capital de Israel, una iniciativa que calificó de "irresponsable".

"Esta decisión es una clara violación del derecho internacional y de las decisiones de Naciones Unidas al respecto", dijo el ministro turco en un mensaje difundido en turco y en inglés.

Más tarde, el Ministerio de Exteriores emitió un comunicado en el que recordó que "varias resoluciones de Naciones Unidas subrayan que la cuestión palestina solo se puede resolver mediante un Estado de Palestina soberano, independiente y contiguo, con Jerusalén Este como capital".

Jerusalén Este, que los palestinos reclaman como capital de su futuro Estado, está ocupada por Israel desde la Guerra de los Seis Días de 1967, y fue anexionada en 1980 en una decisión unilateral israelí que no reconoció la comunidad internacional.

Como era previsible los países árabes condenaron con dureza la decisión de Trump y mostraron su temor ante las consecuencias que este paso pueda acarrear en Oriente Medio.

Egipto, aliado de EEUU en la región, y Jordania rechazaron la medida y recordaron que la misma supone una violación de las resoluciones internacionales.

Antes de conocerse el anuncio oficial, la Liga Árabe ya había convocado una reunión de emergencia para el próximo sábado de los ministros de Exteriores de la región de Oriente Medio para abordar la cuestión.

Desde Arabia Saudí, otro socio destacado de EEUU en la región, el ministro de Turismo, el emir Sultán bin Salmán bin Abdelaziz, reafirmó el apoyo de su país "al pueblo palestino y su capital, Jerusalén".