La ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) se presentó este fin de semana como un partido "maduro", desde su nueva posición de tercera fuerza parlamentaria, con un congreso federal diseñado para exhibir fortaleza, pero salpicado por el caos interno y las protestas en la calle.

"Hemos madurado, hemos aprendido y vamos a seguir avanzando, aún más, en contraste con el flagrante fracaso de la aún canciller Angela Merkel", afirmó el presidente de la AfD, Jörg Meuthen, ratificado en su puesto con el respaldo del 72 % de los 600 delegados del congreso federal, celebrado en Hannover (centro del país).

Su compañero en la jefatura bicéfala será Alexander Gauland, cabeza de lista junto con la neoliberal Alice Weidel en las pasadas elecciones generales, quien presentó su candidatura en el último momento y recibió un apoyo del 67 %.

La reelección de Meuthen se daba por segura, por representar la solidez de una formación profusa en cismas internos, el último de los cuales fue el causado por el abandono de su rostro más mediático, Frauke Petry, el día siguiente de las pasadas elecciones generales, descontenta con su rumbo radical.

Para ocupar la vacante de Petry se postulaban el exoficial del Ejército y jefe del partido en Berlín, Georg Pazderski y una líder regional del norte del país, Doris von Sayn-Wittgenstein, que quedaron prácticamente empatados en dos votaciones.

En medio de la confusión ante el camino que se debía seguir presentó su candidatura "salvadora" Gauland, en un congreso marcado por el caos, cuyas primeras siete horas se emplearon en resolver dudas y problemas de procedimiento.

Pazderski, líder de la AfD en Berlín y considerado un moderado, no cuenta con el apoyo de su ala más radical, por haber apoyado el proceso de expulsión impulsado el año pasado contra Björn Höcke, líder regional en el este del país y aglutinante del voto neonazi.

Höcke defiende lo que califica de "nuevo patriotismo social", que incluye el rechazo a los rescates de la zona euro, a la acogida de refugiados y a toda forma de inmigración ilegal.

El proceso de expulsión contra este líder regional sigue pendiente de resolución -"fue una maquinación política de Petry", afirmó Höcke, en un aparte con medios en Hannover-, lo que no le impidió ser la estrella oficiosa del congreso.

Se llegó a especular con que presentaría su candidatura a la vacante de Petry, lo que tras varias rondas de consultas entre pasillos con Meuthen y Gauland no ocurrió.

Höcke es en parte temido por la formación, por sus constantes escándalos y arengas neonazis, pero a la vez considerado un buen captador de votos entre el electorado más radicalizado y xenófobo.

El caos y las intrigas más o menos perceptibles ocuparon la atención dentro del Centro de Congresos, mientras que en la calle se sucedieron las protestas contra la formación, la primera de ese espectro que accedió al Bundestag desde los años 50, al obtener un 12,6 % en las generales.

Horas antes del inicio de las sesiones, un fuerte contingente policial había cortado al tráfico y acordonado las inmediaciones del recinto.

Las fuerzas de seguridad hicieron uso de cañones de agua para dispersar a grupos de jóvenes que pretendían bloquear sus accesos, mientras que en distintos puntos de la ciudad se registraron enfrentamientos entre los antidisturbios y grupos de manifestantes.

Al menos dos agentes resultaron heridos, aunque no de gravedad, y un manifestante sufrió lesiones.

Pasado el mediodía, entre 6.000 y 7.000 manifestantes, según cifras policiales, desfilaron por el centro de la ciudad en una marcha autorizada, custodiada por un fuerte operativo policial para evitar que grupos aislados trataran de llegar al lugar del congreso.

La AfD, fundada en 2013 como partido euroescéptico, viró su discurso hacia la xenofobia en medio de la crisis migratoria de 2015 y la llegada de refugiados a Alemania -el país ha acogido desde entonces 1,3 millones de peticionarios de asilo-.

Empezó así a ganar electorado y tiene ya escaños en 14 de los 16 Länder del país, además de los 92 que obtuvo en el Bundestag.

Si llega a formarse otra gran coalición entre el bloque conservador de Merkel y los socialdemócratas de Martin Schulz, ocupará la posición de líder de la oposición parlamentaria.