La esposa de uno de los 44 tripulantes del submarino argentino desaparecido en el océano Atlántico desde el 15 de noviembre dijo sentirse "engañada" porque la Armada no informó hasta hoy de la supuesta explosión ocurrida en la zona donde fue localizado por última vez.

"No dieron ninguna explicación, según ellos lo saben ahora, pero ¿cómo lo van a saber ahora?", señaló Itatí Leguizamón, esposa del operador de radar Germán Oscar Suárez, en declaraciones a la prensa en la base naval de Mar del Plata, provincia de Buenos Aires, a donde debería haber llegado el buque el pasado lunes y donde permanecen desde el fin de semana los familiares de los submarinistas.

Leguizamón hizo así referencia al último parte oficial comunicado este jueves, que reveló que el día que el ARA "San Juan" estableció el último contacto, se registró un "evento anómalo singular corto, violento y no nuclear consistente con una explosión".

"No dijeron que están muertos, pero es una suposición lógica, desde el miércoles están ahí", aseguró antes de considerar que las autoridades que se comunicaron con ellos estos días son unos "desgraciados, perversos" que "manipularon" a las familias.

Según señaló el portavoz de la Armada, Enrique Balbi, anoche supieron que a partir de datos recabados por Estados Unidos, el 15 de noviembre se detectó una "anomalía hidroacústica" cerca de donde se reportó por última vez la ubicación del submarino, en la zona del Golfo San Jorge, a 432 kilómetros de la costa de la Patagonia argentina.

Balbi señaló que el indicio se confirmó esta misma mañana con la información facilitada por el embajador en Austria, que es miembro de la organización de control de pruebas nucleares, que vela por la "no realización" de ensayos nucleares y que detectó esa supuesta explosión a las 10.31 hora local (13.31 GMT) del 15 de noviembre, en la misma zona.

Sin embargo, para Leguizamón, las autoridades ya conocían esta información desde antes y continuaron con el operativo "para quedar bien" porque "mandaron una mierda a navegar", afirmó antes de afirmar que en 2014, el submarino ya sufrió otro incidente grave.

"No viene de ahora, viene de hace 15 años atrás", de los "15 años de abandono que tiene la Armada", aseguró la esposa del radarista, para quien la responsabilidad "es de todos", tanto del Gobierno anterior como del actual porque desde los años 70 "nadie invierte un peso" en la fuerza naval.

Asimismo, apuntó que "lo van a seguir buscando" pero los familiares ya dan por hecho lo peor e incluso no dejaron a la Armada que terminase de leer el parte oficial por el enfado. "¿Qué voy a estar esperanzada? Si ya está, ya fue...", afirmó.

El submarino ARA "San Juan" había partido el 13 de noviembre del puerto de Ushuaia, el más austral del país, y se dirigía de regreso a su base, en Mar del Plata.

El viaje, con 44 submarinistas profesionales de la Armada, tenía como cometido participar en un adiestramiento integrado con la flota de mar y las aeronaves de la dotación naval.

Fue el viernes pasado cuando la Armada argentina confirmó que el submarino reportó por última vez su posición en la madrugada del miércoles, por lo que, pasadas 48 horas sin tener comunicación con la nave, se resolvió activar el protocolo de búsqueda.