Nils Högel se ha ganado a pulso el mote de 'enfermero de la muerte' en su país, Alemania, en concreto en la localidad de Oldenbourg. Ya condenado a cadena perpetua por acabar con la vida de dos pacientes e intentarlo con otros dos, además de provocar lesiones graves a otro, en 2015 confesaba durante un examen psiquiátrico que había asesinado, por lo menos, a un total de 36.

Un gran número de muertes para el hombre, de 40 años, que ahora está siendo investigado de nuevo por un total de 84 crímenes. "La comisión de investigación especial ha establecido 84 muertes, en el estado actual de la investigación", ha indicado a la prensa el jefe de la Policía de Oldenbourg, Johann Kühme. Algo que ha salido a la luz después de que se hayan investigado 134 muertes en la clínica en la que trabajaba Högel, todas ocurridas entre los años 2000 y 2005.

Los expertos de la comisión especial 'Cardio' exhumaron los cadáveres con el fin de detectar si los cuerpos presentaban restos de medicamentos con los que el exenfermero causaba primero un fallo cardiaco o un colapso circulatorio, para luego tratar de reanimarlos y quedar así como un héroe ante sus colegas.

Högel también acabó con la vida de los 30 pacientes en la clínica Delmenhorst, cercana a Oldenburg, entre 2003 y 2005. En el momento de la cofesión, el enfermero reconoció que unas 60 personas habían sobrevivido a sus intentos homicidas. "Después de haber matado a 50 pacientes dejé de contar", dijo, provocando la apertura de la investigación por parte de las Fueras de Seguridad alemanas.

En 2008 ya fue condenado a siete años de cárcel al ser pillado 'in fraganti' mientras inyectaba el fármaco a un paciente en la unidad de cuidados intentivos del centro hospitalario. La comisión especial 'Cardio' concluirá su trabajo el próximo día 31 tras 34 meses de investigaciones, aunque con ello el caso todavía no queda cerrado.

Por otro lado, dos antiguos médicos jefe y el responsable de la unidad de cuidados intensivos de Delmenhorst están acusados de homicidio por omisión.