El presidente ruso, Vladimir Putin, apeló este martes a la unidad internacional para luchar contra amenazas como el terrorismo y dijo que Rusia está dispuesta a cooperar en esa tarea, en su discurso durante el desfile del Día de la Victoria contra los nazis.

El jefe del Kremlin defendió además el fortalecimiento del poderío militar de su país para hacer frente a ese tipo de amenazas, en el 72 aniversario de la derrota de la Alemania nazi en la II Guerra Mundial.

"Hoy, la propia vida nos exige fortalecer nuestro potencial defensivo. Pero para una lucha efectiva contra el terrorismo, el extremismo, el neonazismo y otras amenazas es necesaria la unidad de toda la comunidad internacional. Nosotros estamos abiertos a esa cooperación", dijo Putin en la celebración del Día de la Victoria.

El jefe del Kremlin intervenía, como cada 9 de mayo, en la emblemática Plaza Roja, ante más de 10.000 militares en formación y veteranos de guerra, en una de las festividades más patrióticas de Rusia, la que recuerda a los 26 millones de muertos que causó la contienda, conocida aquí como Gran Guerra Patria, entre los pueblos de la Unión Soviética.

El presidente ruso recordó "el sacrificio" de entonces de los soldados soviéticos y les rindió homenaje "sin ocultar las lágrimas en los ojos y sin escatimar palabras de respeto y agradecimiento".

"El triunfo sobre ese poder terrible totalitario permanecerá para siempre en la historia de la Humanidad como la mayor victoria de la vida y de la razón sobre la muerte y la barbarie. Tenemos que recordar que esa victoria se logró al precio de pérdidas enormes e irreparables", dijo Putin.

Y agregó, en alusión a la guerra, que "esa tragedia monstruosa no fue evitada, en primer lugar porque la ideología criminal de la superioridad racial fue tolerada gracias a la división entre los grandes países".

El presidente señaló que las lecciones de la guerra obligan a estar alerta, pero aseguró que las Fuerzas Armadas de Rusia están "preparadas para repeler cualquier amenaza".

Mal tiempo

El tradicional desfile del Día de la Victoria se vio este año deslucido en Moscú por el mal tiempo, que obligó al Ministerio de Defensa a cancelar uno de los apartados más espectaculares, la exhibición aérea con la que concluyen los actos.

Ello a pesar de que ayer se había anunciado que nueve aviones militares iban a disparar compuestos químicos a las nubes sobre Moscú para disolverlas, una técnica que se emplea desde tiempos de la Unión Soviética para las grandes celebraciones.

El Ministerio no informó de si no se llevó a cabo esa operación o si la meteorología era tan adversa que no dio los resultados esperados, después de que en el último día y medio cayeran sobre Moscú el 66 % de todas las precipitaciones de lluvia y aguanieve previstas para el mes.

Más de 10.000 soldados y un centenar de unidades de maquinaria bélica marcharon por el empedrado de la Plaza Roja, en un desfile que abrieron los carros de combate T-34-85.

Por primera vez este año participaron en el desfile los sistemas antiaéreos del Ártico Tor-M2DT y Pantsir-SA, mientras los sistemas de misiles balísticos Yars cerraron la marcha de las unidades militares.

Desfiles similares conmemoraron el Día de la Victoria en numerosas ciudades rusas, así como en la península de Crimea, anexionada por Rusia en 2014.

Después del desfile, miles de personas marcharon por Moscú y otras ciudades, en el llamado "Regimiento inmortal", con los retratos de sus antepasados fallecidos en la II Guerra Mundial.