La Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó este jueves el proyecto legislativo para derogar y sustituir la actual ley sanitaria, impulsada por Barack Obama, en un primer paso para que el presidente Donald Trump cumpla una de sus promesas de campaña más destacadas tras dos intentos fallidos el mes pasado.

Los republicanos sumaron 217 votos, uno más del mínimo requerido para avanzar la legislación, y lograron aprobar el texto que ahora pasa a manos del Senado, donde se espera que sea sometido a numerosas modificaciones y pase por un complejo camino para su aprobación.

La votación de este jueves en la Cámara Baja -donde todos los demócratas votaron en contra junto a 20 republicanos- ha sido una victoria simbólica más que real para Trump, quien había sufrido un estrepitoso fracaso hace varias semanas cuando una versión previa de la ley no consiguió los votos suficientes entre su propia bancada.

Los ultraconservadores del Caucus de la Libertad se negaron a aceptar la primera propuesta, ya que, a su juicio, no contenía suficientes cambios respecto a lo estipulado por la ley de Obama y pasaron las últimas semanas redactando enmiendas que pudieran lograr esa mayoría ajustada.

Entre otras cosas, los ultraconservadores han logrado en las negociaciones más recientes retirar la obligatoriedad que bajo Obamacare, como se conoce popularmente a la reforma de Obama, tienen las aseguradoras de dar cobertura y no subir los costes a quienes hayan sufrido enfermedades preexistentes, un asunto tremendamente controvertido.

Trump se anota el tanto

Se espera que el proyecto de ley aprobado este jueves se someta a cambios importantes en el Senado, donde estará sujeto a enmiendas ilimitadas y podría ser presentado de una forma diferente a la adoptada en la Cámara Baja.

Sin embargo, Trump quiere presentar el voto de este jueves como uno de sus grandes triunfos y acogió a los congresistas republicanos en los jardines de la Casa Blanca para dar una rueda de prensa conjunta con tintes de celebración.

Obamacare "está fracasando" y es una ley "esencialmente muerta", subrayó el mandatario al dar las gracias al presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, por el "trabajo duro" para aprobar el texto y anotar que está "seguro" de que también el Senado le dará su visto bueno.

"Esto realmente ha unido al Partido Republicano", aseguró asimismo Trump, quien retrasó su programado viaje de esta tarde a Nueva York para encabezar la celebración en la Casa Blanca.Controversia

Uno de los aspectos más controvertidos del voto de este jueves es que los republicanos sometieron a votación el texto sin que la Oficina no partidista de Presupuesto del Congreso evaluara el impacto de la ley, aunque el texto sin enmiendas ya arrojó datos poco alentadores.

Según la primera evaluación, con la Ley Estadounidense de Cuidado de Salud (AHCA, en inglés) hasta 24 millones de personas pueden perder su cobertura médica en los próximos diez años.

Los demócratas se han quejado de que los republicanos votaran sin saber el impacto exacto de la legislación, pero el líder de la mayoría conservadora en la Cámara Alta, Mitch McConnell, indicó este jueves que eso no ocurrirá en el caso del Senado.

La mayoría republicana en el Senado es mucho más estrecha que en la Cámara Baja y los demócratas solo necesitan convencer a tres conservadores para que la ley no prospere.

Senadores republicanos como Rob Portman (Ohio) y Shelley Moore Capito (Virginia Occidental) han expresado ya su preocupación por el impacto de la AHCA en sus estados, especialmente en lo relativo a los recortes a las ayudas para las personas con bajos recursos, por no hablar de otros representantes más moderados como Susan Collins (Maine).

Mientras tanto, un trío de senadores ultraconservadores, Ted Cruz, Mike Lee y Rand Paul, también podrían ponerse en contra, aunque por motivos diametralmente opuestos.

"Este proyecto de ley no va a llegar a ningún lado en el Senado de Estados Unidos", afirmó el líder de la minoría demócrata en esa cámara, Chuck Schumer.

"En lugar de tratar de aprobar una versión diferente del mismo Trumpcare, que significaría costos más altos por menos cuidado, los republicanos en el Senado deberían negarse a seguir a sus colegas de la Cámara Baja hacia el precipicio, rechazar la legislación y trabajar con los demócratas para mejorar nuestro sistema de cuidado de salud de manera bipartidista", agregó.