Los equipos de rescate no localizaron hoy a ningún superviviente entre las ruinas del hotel sepultado por un alud en Italia, pero no descartan hacerlo y aliviar así el balance de este desastre investigado por la Fiscalía.

El número de víctimas localizadas entre los restos del edificio ascendió hoy a seis tras el hallazgo de un hombre muerto en su interior, único cambio de un balance que se sitúa en 11 rescatados y una veintena de desaparecidos cuatro días después de la tragedia.

Las labores transcurren en condiciones extremas, a destajo, ya que las autoridades consideran que aún existe la posibilidad de hallar a personas con vida dentro del hotel Rigopiano de Farindola (centro), sepultado desde el miércoles bajo toneladas de hielo.

El jefe de Protección Civil, Fabrizio Curcio, afirmó que se mantiene la esperanza de localizar supervivientes, ante la hipótesis de que alguno de los desaparecidos quedara atrapado en alguna sala con provisiones, como algunas de las personas ya extraídas.

El relato de la tragedia del hotel sepultado por una avalancha en Italia

El relato de la tragedia del hotel sepultado por una avalancha en Italia

También el responsable del Servicio de Prevención y Protección de los bomberos, Fabio Jerman, dijo al canal privado Skytg24 que "la experiencia demuestra que puede haber esperanzas de vida".

El médico del Servicio de Emergencias, Emanuele Cherubin, dijo a esa televisión que aún es posible encontrar supervivientes pues, según dijo, un ser humano puede permanecer sin comer hasta diez días y es probable que dentro se pueda disponer de agua gracias al hielo.

Explicó además que dentro del edificio sepultado por el alud, cuyo peso ha sido estimado en 120.000 toneladas, no hace frío sino que se da un "efecto iglú" que aisla al recinto de las temperaturas extremas del exterior, a 1.300 metros de altitud en plenos Apeninos.

El responsable de comunicación del Cuerpo Nacional del Auxilio Alpino y Espeleológico (CNSAS) Walter Milan recordó a Skytg24 las "grandísimas dimensiones" del hotel por lo que no descartó que en las próximas horas se produzcan nuevos rescates en su interior.

Explicó que los operarios que se afanan en la búsqueda ya disponen de instrumentos mecanizados que "permitirán retirar parte de la nieve", que hasta ahora era excavada con palas.

Los bomberos de la ciudad italiana de Bolzano, en el sur tirolés, aportaron hoy unas sondas con vapor que permiten introducir cámaras en el hielo para localizar puntos de acceso al hotel o localizar supervivientes, evitando así excavaciones inútiles.

Por otro lado, ante el temor de nuevas avalanchas por la cantidad de nieve acumulada en los alrededor, se instaló este domingo un sistema que controlará posibles nuevos corrimientos con el objetivo de "garantizar la seguridad de quienes trabajan en ese escenario".

Mientras los operarios rastrean día y noche en unas condiciones extremas, las nueve personas que fueron recuperadas de entre los escombros se recuperan en el hospital de Pescara, entre ellas los cuatro niños que este domingo fueron trasladados a planta.

El CNSAS ha difundido imágenes de los lugares en los que fueron localizados, oscuras y ruinosas habitaciones u oquedades entre los escombros aisladas bajo el hielo.

Algunos de los supervivientes han referido a diversos medios que una de las razones por las que siguen vivos es porque lograron tener a disposición agua, bien en botella o con la nieve que se colaba.

En esos angustiosos momentos quizá los más afortunados fueron los tres niños que quedaron bloqueados juntos en la sala del billar del hotel, en la que pudieron disponer de agua y de crema de cacao.

Paralelamente la Fiscalía de Pescara trata ahora de esclarecer si las autoridades hicieron caso al informe del cuerpo forestal que alertaba de posibles avalanchas en la zona y si se daban las condiciones meteorológicas para decretar su evacuación.

El diario "La Repubblica" publicó hoy una comunicación emitida por el administrador del hotel, Bruno de Tommaso, en la que pedía ayuda a las autoridades y aseguraba que sus huéspedes estaban "aterrorizados" por los terremotos registrados en la zona ese día.

De Tommaso describía la situación como "preocupante" ya que el hotel solo tenía combustible para alimentar el generador eléctrico un día más, las vías de acceso permanecían cortadas por "dos metros de nieve" y sus clientes pretendían pasar la noche en sus coches. Sin embargo la ayuda no llegó y ninguna turbina quitanieves acudió a liberar el hotel.

A estos hechos se le suma la denuncia de Quintino Marcella, el hombre que recibió la llamada de auxilio por parte de uno de los supervivientes del alud y que, según afirma, no fue tomado lo suficientemente en serio cuando alertó al servicio de emergencia.