Lamentable el espectáculo que se ha vivido durante la última jornada en el Parlamento turco. A golpes ha acabado el debate de la reforma constitucional que pretende dar más poderes al presidente Erdogan.

Con esta reforma, se transformaría el actual sistema parlamentario en uno presidencialista, en el que el jefe del Estado lo sería también del gobierno.

Ante el conflicto que surgió en la sala, el presidente de la Cámara ha tenido que suspender la sesión, que se retomará hoy con una nueva votación.