Una de las posibles consecuencias de la llegada de Donald Trump a la presidencia norteamericana, y que tendría unas extraordinarias repercusiones en la Unión Europea, será la decisión que tome sobre el futuro de la Reserva Federal (Fed) el banco central de EEUU. La salida de su presidenta, Janet Yellen, se da casi por descontada. El nuevo inquilino de la Casa Blanca no ha ocultado nunca la contrariedad que le produce la política de la Fed y de su responable. Trump ha llegado a acusar a la reserva federal de crear «una economía falsa» con las tasas de interés. «Mantienen las tasas de interés abajo porque no quieren que todo lo demás baje», declaró hace un mes a Reuters. «Lo único que se mantiene fuerte es el mercado artificial de valores». «Tenemos una economía muy falsa», dijo, y acusó a la Fed y a Yellen de ayudar con su política monetaria al presidente Obama, que la puso al frente de la institución en octubre de 2013. La ley de la Reserva Federal permite la destitución de su responsable antes de que concluya su mandato en 2018 por parte del presidente del Gobierno cumpliendo lo establecido en la secciñon242, título 12 del Código de EE UU.

Sin embargo, la intervención de Trump podría no quedarse solo en el cambio de Yellen. Numerosos analistas del mercado de valores consideran que el nuevo presidente, apoyado por la Cámara de representantes, podría poner coto también a la independencia del organismo monetario norteamericano.

Una intervención así podría tener consecuencias sobre los tipos de interés en Estados Unidos, y por supuesto, sobre el resto de los mercados.